Se escuchó un fuerte rugido que resonó por todo el reino, una poderosa vestía se vio surcar los cielos, está se dirigía al castillo hogar de la familia real que gobernaba el reino, nadie se asusto al mirarlo en el cielo azul, todo lo contrario se alegraban pues verlo de nuevo en los cielos significaba una cosa su rey estaba de vuelta.
La poderosa vestía roja aterrizó en el jardín del castillo provocando que se levantará una cortina espesa de polvo por el aleteo de sus alas, cuando el polvo se disperso se vio una figura masculina con un particular color de pelo, pues el dragon volvió a su forma original, nadie podría creer que su rey se convertía en aquel dragón rojo eso era imposible, pero ver sus ojos y compararlos con los del dragón eran los mismos.
Kirishima al ver al peliseniza con solo la parte inferior de su ropa se apresuró a entregarle la túnica que llevaba en sus manos, ya que su rey y amigo le ordenó que lo esperara en el jardín con algo con que cubrirse cada que regresará de un viaje, ya que no quería que su mujer se molestará con él por andarse exiviendo con las criadas del castillo.
Katsuki al ver a su amigo y Comandante de la guardia sonrio pero esa sonrisa desapareció tan rápido como la mostró, giro la cabeza por todos lados y no encontraba esos ojos color C/O que tanto le encantaban y le volvía loco ni mucho menos persibia su aroma cerca de donde él estaba.
-¿Donde está mi mujer?- pregunto molesto por no ver a su esposa en el lugar.
-Esta en tu dispacho- le dió señas de tu paradero- está acabando de resolver unos asuntos del reino- le explicó el por qué no estabas allí para recibirlo.
Bakugo avanso con paso firme hasia la entrada del castillo, lo hibas a escuchar, se supone que tú cómo su mujer debes ser la primera en recibirlo con los brazos abiertos y no el tonto de su comandante.
¿Que mierda era más importante que el ir a recibirlo? Se ausento por casi dos semanas y no te dignaste siquiera a ir a su encuentro, ¿Quien creías que era para hacerle tal grosería? ¿Acaso el gobernante del reino de los leones?
-¡Bakugo, espera!- gritó el pelirrojo que lo siguio.
-No te metas Kirishima- gruño aún molesto por qué no te encontró ni en la entrada talvez con la escusa tonta de que lo olvidaste o se te hizo tarde.
-Espera- lo detuvo parándose delante de su rey- Tu le pásaste a encargar tu trabajo y ¿ahora te molestas por qué lo este haciendo?- le reprochó su fiel amigo- ¿No habías dicho que querías que tú relación con ella cambiará para bien?
-Tsk, cómo sea dile que se apresure con lo que sea que esté haciendo y venga a recibir a su rey como es debido- le ordenó a kirishima quien se apresuró a llegar donde estabas.
Bakugo se encamino por los largos y tenues pasillos del gran castillo era un lugar algo oscuro pero acogedor gracias a qué los dragones de los sargentos lo mantenían caliente, además que para alguien como Bakugo le era agradable esa temperatura por su sangre fría; cuando llegó a su destino entro a la habitación que compartían, se tiró en la cama, mientras esperaba a que te dignaras a ir a verlo. Al ver que no aparecías decidió cambiarse a algo más cómodo pero los golpes en su puerta le dieron una mejor idea de cómo podría relajarse.
Entraron un par de criadas sin antes tocar a su puerta Bakugo era muy quisquilloso con la privacidad en ciertos ámbitos, para cuándo dió la orden de que podían ingresar a la alcoba real todas ignoraron a su rey pues este se estaba despojando de sus ropas sin ningún pudor frente a ellas solo se puso una larga túnica que cubría su perfecto y bien marcado cuerpo se giró a verlas y todas estaban en una sola línea y con la cabeza gacha.
-Preparen la tina de baño- ordenó con voz rasposa- ya saben cómo le gusta a mi mujer, dense prisa- dió una ojeada a las criadas para verificar que ninguna lo veía con ojos lujuriosos- dense prisa y que alguien traiga bocadillos.
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Entre Las Garras Del Dragon •|• Bakugo X Lectora
FanfictionSe escuchó un fuerte rugido que resonó por todo el reino, una poderosa vestía se vio surcar los cielos, está se dirigía al castillo hogar de la familia real que gobernaba el reino, nadie se asusto al mirarlo en el cielo azul, todo lo contrario se al...