Caputulo VII

13 3 1
                                    

Continuación

20 de julio de 1855

Es el funeral de mi hermana... Susan, estoy que no puedo ni ver bien de lo tanto que he llorado desde su partida. Odio los funerales especialmente cuando se tratan de mi familia o personas cercanas a mi, lastimosamente este es uno de mi familia.

-Mamá estoy listo
Digo dedicándole una pequeña sonrisa
-Bien, vamos hijo
Dice agarrándome de la mano y devolviéndome la sonrisa

Todo el funeral estuve parado frente al ataúd de Susan, no descasaría hasta saber quien fue el o la culpable de haberle hecho esto. Todo el Camino hasta el panteón estuve tratando de juntar todos mis recuerdos, tratando de averiguar algún posible sospechoso. Escuchó una voz que me saca de mis pensamientos era la de mi madre

-Jules, tienes que darle la bendición a tu hermana ya es hora

Me agache hasta el ataúd cuya tapa estaba abierta, le di la bendición a Susan y por último un pequeño beso en su frente, estaba muy fría, al terminar me puse sobre mis pies y le dije a mamá que iría a casa.

-Quiero descansar
—Está bien Jules puedes ir
-Gracias

En realidad no iba a ir a la casa iba a ir al parque donde recogí a la pequeña Susan el día anterior, estaba desolado lo cual era extraño ya que siempre habían niños jugando, ahí es cuando me doy cuenta de que ayer era 19 de julio día del hermano en Mi Pueblo, el parque siempre estaba lleno de niños jugando con sus hermanos mayores, recuerdo que antes de irme a casa y dejar sola a Susan jugué un rato con ella y pude ver a un niño solo con una ropa muy elegante -raro para un parque- pensé  me resulto extraño que El Niño tuviera la mirada fija en Susan creí que debía de ser porque Susan estaba muy hermosa, digo tenía un vestido de flores color rosa y una trenza francesa ligeramente floja de peinado,   y el Niño tenía una ligera sonrisa clavada en sus labios.

Decido alejarme de mis pensamientos para sentarme en un bancó del parque, cuando iba a volver a pensar lo mismo me percato de que estaba sentado en el mismo banco donde me había sentado con Susan y había visto al niño, mire hacia donde estaba El Niño en aquel entonces y puedo ver a un señor parado y tirando piedras a la nada, me paro y me dirijo hacia el

—Buenas tardes señor
—Oh, buenas tardes jovencito
—¿Por que está usted arrojando piedras?
—Es mi manera de despejar la mente
—Entiendo
—Si me lo permite quisiera saber a qué se debe esta platica
—Oh nada señor, solo me pareció curioso
—Tú eres el joven Jules, el niño que perdió a su pequeña hermana de una forma trágica y misteriosa cierro?

Wow si que es directo

—Así es señor
—¿Qué haces aquí?
—Solo vine a pensar
—¿En que?
—En mi hermana
—Dime Jules que es lo que piensas

Le digo al señor todo lo qué pasó y mis conclusiones aceleradas

—¿Niño vestido elegante?
—Así es señor
—No me digas señor dime Peter
—Está bien Peter
—Sígueme
—Creo que no sería prudente seguir a un desconocido señor
—No soy un desconocido, si así lo fuera por que te hubieras acercado a mi en primer lugar

El tipo tenía razón

—Está bien

Caminamos y caminamos hasta llegar a una casa era la casa más hermosa que mis ojos pudieran haber visto, era color azul pastel con unos toques de blanco se veía muy modernizada, al menos para mi, entramos y lo primero que ves es un pasillo con una larga alfombra color bronce y muchos cuadros a ambos costados del pasillo, el señor abrió una puerta al final del pasillo y entramos a su oficina.

—Su casa es muy bonita señor
—Gracias, la decoración es anticuada pero si
—Por que me trajo aquí señor
—Quiero hablarte de algo... con respecto a lo que le pasó a tu hermana

Mis ojos se abrieron como dos platos y me senté de inmediato en la silla que quedaba al frente de su escritorio

—El nombre del Niño que me contaste se llamaba Jorge
—¿llamaba?
—Si... esta muerto
—¿Que?
—Jorge murió acecinado el 19 de julio del 1800, el día del hermano, Jorge era mi hijo, le gustaba mucho andar en traje y vestir elegante en ocaciones donde no lo ameritaba.
—Si no le incomoda ¿Como murió?
—Fue torturado y mutilado, desapareció una semana antes, encontraron su cuerpo en un contenedor de basura lo primero que se vio fue su pequeña cabecita despegada de su cuerpo
-Dice el hombre casi llorando-
—Señor no llore
—Lo siento, pero eso no es todo, quede devastado con la noticia, ya no podía dormir, no podía comer ni beber, le rogué a Dios todos los días durante más de 2 años que me dejara ver a mi hijo o hablar con el, pero Dios no escuchó mis plegarias, así que se lo pedí al diablo, hice un ritual el 19 de julio a la 3:33 de la mañana justo el día en que murió Jorge, el diablo me concedió mi deseo, y me dijo que tendría que dar un sacrificio, pero yo no tenia a nadie, me dio 6 años para buscar uno.
—Y esa fue mi hermana
-Digo echó furia y con lágrimas cayendo
—Así es, Susan se había levantado para ir al baño y ahí fue cuando me vio desde la ventana de su casa, la engañe diciéndole que mi perrito se había extraviado y era muy especial para mi, ella acepto dulcemente, y salió afuera, lo primero que hice fue darle con un palo hasta dejarla inconsciente, la cargue y la tire al pozo ahogándola y matándola en un minuto.

Después de todo había descubierto lo que le había pasado a mi hermana la Pequeña Susan La Niña de mis ojos, mi hermana, este desgraciando la había matado solo por ver a su patético hijo fallecido, en este momento solo quería matarlo y hacerlo sufrir, lo odio con todas mi fuerzas y en este momento no me importaría mancharme tan solo un poco de sangre.

Tome una navaja que estaba en su escritorio a escondidas.

—Dile al diablo que cumpliste tu promesa
—¿Que?
—También dile quien fue el desgraciado que te envío
Digo cortándole la garganta y dándole apuñalas en todo su cuerpo.

Mark

Cuentos para monstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora