Parte Única

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Se encontraba escondido bajo las mantas de su cama mientras experimentaba otro de sus ocurrentes ataques de pánico. Un nuevo sueño lo había asaltado en la madrugada y por alguna razón este se había sentido mucho más real que otros.

Su mente reprodujo pequeños fragmentos de noticias sobre la muerte de su amiga Nobara, de su director Masamichi Yaga, Nanami, Kokichi, Naobito y muchas más personas incluyendo civiles.

Pero la parte más aterradora fue verse así mismo siendo devorado por la maldición que su amigo albergaba dentro de su cuerpo. Sentía escalofríos sólo de recordar el sonido de sus huesos siendo triturados y la piel siendo desprendida de su cuerpo.

Sentía la carne arder al ser desgarrada sin piedad, sin siquiera tener la oportunidad de defenderse puesto que sus amados Shikigamis habían sido reducidos a cenizas. Una locura ya que eran creados con sombra.

Siempre había escuchado que al morir sentías paz pero aquella pesadilla le había mostrado lo contrario, aunque había algo que era cierto y es que él había visto pasar por su mente la película de su vida que duró menos de un mili segundo.

Se sorprendió al ver una mano atravesando su pecho para arrancarle el corazón, incluso lo vio latir mientras unas risotadas dementes llenaban sus oídos y entonces despertó temblando y con la piel fría.

Esa clase de sueños lo asaltaban con normalidad pero en realidad nunca los recordaba o al menos no tan lucidamente como ahora. La única razón por la cual no se perdía entre la realidad y las pesadillas era que podía escuchar su corazón latirle dentro del pecho, con gran fuerza para variar.

Aún así, el miedo latente de que aquella bestia saliera de debajo de su cama para matarlo estaba presente y debido a su shock nervioso se había hecho bolita en la cama mientras trataba de abrazar sus rodilla para llevarlas hasta la altura del pecho.

Un par de golpes en la puerta exaltaron aún más a su pobre corazón y cuando estos se volvieron más insistentes optó por sentarse sobre el colchón aún con las mantas envueltas a su alrededor.

La habitación estaba en penumbras y por un momento creyó haber caído de nuevo en el sueño pero entonces escucho la voz de su maestro menos favorito pero que por alguna razón tenía tantas ganas de ver, seguido de los chillidos de sus dos mejores amigos y aún más golpes en su puerta.

Saltó de la cama y casi se cae al estar tan enredado en las cobijas. En cuanto abrió la puerta la luz lo cegó y un par de pequeñas explosiones llegaron a sus oídos. Al abrir los ojos se encontró así mismo lleno de papeles coloridos y brillantes mientras una pequeña multitud sostenía un pequeño cartel que decía:

¡Feliz Cumpleaños M E G U M I!

Ino sostenía un lado eh Ijichi sostenía el otro. Nanami estaba a su lado sosteniendo una pequeña canasta mientras veía con mala cara a Gojo que estaba despotricando cual quinceañera.

Por un momento dejó de escuchar aquellas voces a pesar de verlos mover la boca eh incluso el tiempo parecía ir más lento. Nobara peleaba con Yuji por quien sabe que y Shoko parecía regañarlos, Ino se reía de ellos mientras Gojo arrastraba a alguien del brazo hasta llevarlo enfrente.

Kenjaku... No. Era Suguro Geto, el real Suguro Geto quien le sonreía con dulzura a la vez que le extendía un pequeño presente.

—¡Qué te pasa, idiota!.— escuchó a lo lejos y entonces todos los sonidos volvieron —Nos esforzamos mucho como para que solamente te quedes ahí parado sin hacer nada.— Nobara ahora lo estaba señalando acusatoriamente

—¡Oye, ya dejalo Kugisaki, se acaba de despertar!.— Yuji lo defendía

—Niños por favor basta. Yuji comportate — Nanami los regañaba

Y Satoru lo veía con media sonrisa al lado de Geto. Sus ojos se aguaron, sintiéndose de nuevo como aquel chiquillo indefenso de hace años y en un impulso se acercó a él para apretarlo en un abrazo.

Gojo se rio escandalosamente mientras lo abrazaba de vuelta y decía cosas como "Soy el favorito del pequeño Megumi" mientras le sacaba la lengua a un par de ofendidos, Yuji y Nobara.

Escuchó una pequeña risa, cálida y reconfortante. Esa era la risa de Geto y entonces levantó la cara para verlo justo al momento en el que arrastraba a sus dos amigos con ellos para unirse los cinco en un gran abrazo.

—Todo estará bien, Megumi.— la voz del pelinegro lo arrulló y por alguna razón la aflicción que había sentido antes desapareció.

Al separarse todos tenían los ojos cristalizados y al verse entre sí sólo se rieron. De repente la cara de Gojo se transformó en una mueca de desagrado mientras veía hacía el otro lado del pasillo.

—¡Ugh! ¡Y a este quién lo invitó!.— fue lo primero que gritó al ver la cara de cierto irresponsable caminando por el pasillo como si nada y cuando Megumi volteó pudo ver a su nada responsable padre caminando hacia él junto a su hermana, Tsumiki quien cargaba una tarta en las manos.

El rostro de Megumi se iluminó al verla. La vida se sentía tan irreal que hasta dudaba de que fuera cierta. Incluso pensó que era una alucinación antes de su inevitable muerte.

—Sí, es real.— Escuchó decir a sus dos amigos, uno a cada lado de su hombro mientras lo abrazaban de nuevo, esta vez sin detener las lágrimas.

Megumi sólo atinó a susurrar un débil "Gracias" mientras se dejaba envolver en mimos. Se sentía feliz, se sentía cálido y los latidos de su corazón ahora eran tranquilos...

FIN

¦¬ ¦ ¬ ¦ Notas ¦ ¬ ¦ ¬¦


Debí publicarlo para el cumpleaños de Megumi el año pasado pero no lo hice, al final solo fue publicado en Facebook


Creo que es de mis OS favoritos.
Deseando que todo termine bien en JJK aunque las cosas en realidad no pintan bien pero para existen los fics ¿No?

Cuídense.

¡Feliz Cumpleaños M E G U M I! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora