-¿Que hay en la carta, Gato?- preguntó Kitty frunciendo el ceño al verlo tan preocupado de repente.Por toda respuesta el felino le pasó la carta. Kitty leyó en voz alta:
Estimado general Escandón:
Me complace enviarle está carta en donde yo, y todos los habitantes de España le agradecemos por las tropas que nos ha mandado aquí, a Córdoba.
Su majestad el rey y yo mismo quedamos complacidos al ver a vuestros 2.000 hombres jóvenes y sanos, ideales para las batallas que contra nuestro pesar deberemos librar.
Como vos bien sabéis, es nuestro deber actuar si en otro país vemos un monarca incompetente.
Tal caso se ve en el reino de Muy, Muy Lejano, en donde debemos intervenir para sacar a ese rey niño de su trono y colocar en su lugar a alguien digno, que además sea un buen aliado de España.
Por tanto ejercitos como el vuestro son necesarios, con nuestro pesar.
Atentamente:
El general Salazar en nombre de su Altísima Majestad el rey Leopoldo de Córdoba.Los tres amigos se quedaron viéndose mutuamente, sorprendidos.
-¿Entonces habrá guerra?- Perrito fue el primero en romper el silencio envolvente.
-Me temo que sí- murmuró Gato- pero nosotros debemos y podemos evitarlo.
-¿Estas loco?- intervino la que todavía sostenía la carta- por mucho que no queramos que España entre en guerra, no está en nuestras manos hacer nada para evitarlo. Lo mejor que podemos hacer con esta información es irnos del pais.
-No- bufó Gato- debemos hacer algo. Podemos informar de esto al rey de Muy, Muy Lejano. Pero para ello necesitamos conocer todos los detalles de esta guerra primero.
-¿Y como le vamos a informar a ese tal rey? Además que sería traición a nuestra patria.
-¿Y desde cuándo eres tan nacionalista, Kitty?
-No pongas evasivas y responde mi pregunta.
-Bueno, ya que insistes. Pero ten claro que no sería traición, si ayudamos a evitar la guerra. Si los de Muy, Muy Lejano utilizan la información robada para ganar la guerra sería otra cosa.
Pero ya que estamos en un barco que robamos a un gobernador tampoco es que seamos muy leales a nuestros gobernantes.-Deja eso de lado y contéstame, ¿Crees que un rey nos escuchará, a nosotros, una pandilla de ladrones (españoles, además) sobre una guerra que declarará España? Con suerte, simplemente nos echarán de allí.
-No somos una pandilla de ladrones ¿O si?- preguntó Perrito preocupado. Había dejado esa conversación a manos de sus amigos, pero esa era una cuestión muy importante.
-Por supuesto que no, Perrito- Kitty dulcifico su tono de voz- pero eso es lo que nos considerarán.
-No, no lo harán- afirmó Gato con certeza.
-¿Y por qué, si por fin puede saberse?- la bicolor se estaba enojando bastante, así que el atigrado decidió contestar de una vez.
-Porque yo fuí uno de los que ayudamos a Artie a subir al trono.
-Jajaja, y quien es Artie ¿El rey?
-Pues para tu información sí.
-¿En serio crees que voy a tragarme esto? Dejate de bromas, Gato.
ESTÁS LEYENDO
El Gato con Botas: La última vida
FantasíaDespués de cumplir sus sueños sin necesidad de la Estrella del Deseo, el legendario Gato con Botas y sus fieles amigos Kitty Patitas Suaves y Perrito se embarcan en una nueva aventura. Sin embargo, el pasado siempre está presente, y el recuerdo de S...