Mi reflejo en el espejo me da asco, doy asco. Me he convertido en algo que odio.
Coloco la mano con la que he golpeado el espejo dentro del chorro de agua que sale de la llave. Mi cabello está húmedo por partes, al igual que mi rostro debido a que unos segundos antes decidí mojarme para calmarme. Observo como el agua va cambiando poco a poco su tonalidad, esto debido a la sangre de las cortadas que me he hecho al romper el vidrio con mis puños llenos de rabia.
Estoy usando solo unos jeans y llevo la parte de arriba de mi torso descubierta, al levantarme de la cama quise corroborar lo que pasó ayer. Mis gritos de impotencia, enojo y mucha frustración se pudieron escuchar por todos los rincones de esta casa, al ver las dos cortadas en mi espalda.
Respiro con pesadez varias veces hasta que escucho ruido en el cuarto así que cubro mis senos usando mis manos y salgo, pero me cruzo con Yuntae quien pretende entrar al baño.
De inmediato me alejo retrocediendo unos pasos. Lo miro por unos instantes en silencio hasta que él sin darle mucha importancia a mi presencia comienza a quitarse la ropa. Antes de que se quite la ropa interior decido enfrentarlo.
—¿Por qué me hiciste esto? —Mi voz sale quebrada. Él me ignora manteniéndose todo el tiempo de espaldas—. ¡Yuntae!
Se endereza y suelta un suspiro de pesadez. Seguido se gira y se acerca a mí.
—¿Qué fue lo que te hice? Dime, porque el único que esta lastimado aquí soy yo —inquiere dejando ver las heridas que le hice. Las dos apuñadas y la cortada en el ante brazo.
Dejo salir una risa de incredulidad.
—Y qué hay de mí, de las cortadas que me hiciste en la espalda.
Yuntae hace una expresión de confusión. Sus ojos me miran como si no entendiera de lo que le estoy hablando.
—¿Qué?
—Ayer después de casi ahogarme me llevaste a la cama y me hiciste esto —Me doy vuelta y le enseño mi espalda.
—Eunji, no hay nada. Yo no he hecho nada —dice muy seguro—. Si lo acepto intenté ahogarte, pero luego de que te desmayaste te dejé en paz.
Sin poder creer sus palabras acerco mi espalda al espejo, aunque está roto aún se puede ver algo. Con dificultad logro visualizar mi espalda, están ahí, las dos cortadas cosidas.
—¡Entonces que es esto! —exclamo con desesperación y él observa mi espalda con el ceño fruncido.
—No hay nada —Vuelve a decir esta vez tocando la zona donde están heridas—. Lo vez, ni siquiera te duele —inquiere haciendo presión.
Sorprendida y muy confundida porque a pesar de que él tiene su mano sobre las cicatrices, estas no me duelen. No siento nada.
—Pero están ahí.
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El Verdadero Rostro Del Mal [#2] PAUSADA
Mystery / ThrillerLibro que sigue a LA SONRISA DEL MAL Cuando el mal acecha; las personas débiles se esconden, los ángeles valientes luchan y los astutos demonios solo lo disfrutan. La unión de Eunji con el perverso Yuntae, solo fue el comienzo de una batalla que se...