𝟏𝟒. 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨𝐳𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐚 𝐟𝐚𝐧𝐭𝐚𝐬𝐢𝐚

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Mi fantasía de un amor perfecto comenzó a destruirse en el mismo momento que llegamos a la casa de Enid

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Mi fantasía de un amor perfecto comenzó a destruirse en el mismo momento que llegamos a la casa de Enid. Lucia igual que siempre, a diferencia de el pequeño jardín de flores marchitas, y sobre todo de la pequeña carpa.

Enid y yo tuvimos que trabajar arduamente para poder comprar un departamento, después de el saqueo en su anterior hogar. No era maravillo ni demasiado espacioso, pero funcionaba para ella y Yoko.

Mi novia había obtenido el dinero con sus trabajos y vendiendo algunos de los pocos recuerdos de sus viajes, que no habían sido robados. Yo me había conmovido al saberlo, pues con ese mismo dinero habría podido emprender sus muy amados viajes.

— Estuve hablando con él. Dice que te admira —Me contó Enid mientras alimentábamos a el pequeño bebé que se nos habia sido encargado como parte de nuestro turno como niñeras. Ella era increíble alzándolo, pero terrible alimentándolo. Yo era terrible alzándolo, pero buena alimentándolo.

Es así como Ethan terminó entre sus brazos mientras yo me ocupaba de darle su biberón. A él no le importaba, pues parecía estar disfrutándolo.

— Eso es imposible, Nid. Los bebés no suelen admirar nada más que el pecho de su madre —Me reí de ella, pero Enid no lo hizo conmigo. En realidad, parecía estar algo ofendida gracias a mi comentario.

— Él es un bebé especial, Merlina. Él no sigue la regla de los bebés comunes. Ethan es mejor que lo común —

Y para no seguir discutiendo solo acepté su argumento y besé su frente. Enid siempre encontraba una forma de ganarme, tal vez porque sus respuestas no solían ser las típicas y no lograba enfrentarla con rapidez. Ella nunca habría admitido que estaba equivocada, pues en su pequeño mundo siempre tenía la razón.

— ¿Te gustaría tener hijos conmigo? —Me propuso sin pensarlo ni un poco. Me sorprendí, por supuesto. Nadie se espera algo así de forma tan repentina— Tranquila. Yo me ocuparía de que te amaran tanto como yo —

Entre los brazos de Enid el pequeño Ethan comenzó a llorar, pues debido a su pregunta yo había alejado el biberón de su boca. Se lo devolví aun algo impresionada.

Miré a mi novia esperando que bromeara, pero la sonrisa sincera en su rostro me decía que no estaba haciéndolo. Comencé a sentirme mareada.

— Nid, yo... yo... —Seis veces intenté continuar, pero no podía hacerlo. No sabía cómo reaccionar.

— Respira, Lauren. Lo necesitas para vivir y continuar a mi lado —

— ¿No crees que es muy pronto? —Logré formular finalmente.

Mi boca estaba completamente seca, y tuve que contar hasta diez seis veces para que mis manos dejaran de temblar. Estoy segura de que Ethan agradeció que el molesto movimiento se detuviera.

— Para mí es muy tarde —Me confesó con voz baja. Podía notar su decepción— Para mí el tiempo no es nada. Odio el tiempo, porque pasa tan rápido que no nos damos cuenta de que lo hace —

𝘚𝘦𝘨𝘶𝘪𝘳𝘵𝘦 𝘰 𝘗𝘦𝘳𝘥𝘦𝘳𝘵𝘦|| ©Adaptación wenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora