Capítulo 8

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La noche en la mansión era fría y desastrosa, la desesperación estaba a un paso de acabar conmigo, no podía ver nada a excepción de la oscuridad que me rodeaba, pero el no poder ver no era impedimento para escuchar los agonizantes gritos, sus débiles corazones, y sobre todo las líneas de sangre que rodeaban los cuerpos de las personas a mi alrededor. Estaba reviviendo por desgracia una segunda noche igual a aquella en la que me convertí, para mi mala suerte había cambiado, ya no era una simple chica que soñaba con desligarse de todas las responsabilidades de un pueblo, ahora me había convertido en un completo monstruo, uno el cual estaba sediento de sangre.

Cerré mis ojos con fuerza tratando de contener las inmensas ganas que tenía de alimentarme, no era fácil estar rodeada de humanos agonizantes, sobre todo porque los vampiros tenemos una capacidad asombrosa la cual nos permite identificar como se sienten los humanos y como la sangre es como un aroma adictivo que empapa tus papilas gustativas con una angustiante desesperación por ser alimentado.

—No te contengas, es tu naturaleza, sabes que lo quieres. —Susurró Cassian el cual observaba la escena con admiración.

Cassian era el tipo de vampiro que le daba satisfacción ver a las personas sufrir era algo que disfrutaba de una manera retorcida. Claro está que lo mal que lo estoy pasando es un momento de gozo para él, aunque su intención sea ayudar a superarme como vampiro sus métodos eran cuestionables. 

—No lo haré. —Respondí luchando con cada una de mis fuerzas por no matar a todos los presentes.

—Si no lo haces, no me quedará más remedio que ir a buscarte con todos estos humanos desangrándose, solo para degollarles el cuello frente a ti. —Cassian estaba de brazos cruzados a la espera de que reaccionara, mientras que por mi parte sentía con mayor intensidad que en cualquier momento perdería el control de mí.

—No te atrevas a lastimarlos. —Musité apretando las uñas en las palmas de mi mano tan fuerte que comenzaba a sangrar.

—Entonces no te atrevas a desafiarme, debes aprender a tomar control de tus emociones, eso que sientes en este momento es como un nudo de emociones, cuando eres un vampiro tus emociones se intensifican, sientes ganas de alimentarte a un nivel descontrolado y no debes permitir que el deseo se apodere de ti, porque si lo haces, el deseo se apoderará, te consumirá y dudo mucho que quieras eso. —Contestó mientras se cruzaba de brazos expectante.

—Cassian detente, no creo poder contenerme más tiempo, no quiero lastimarlos. —Susurré al borde de la desesperación.

¿Saben como se siente este momento? Como si alguien estuviera obligándote a comer tu comida favorita luego de haber comenzado un orden para disminuir el consumo de alimentos, el sentir la presión aún cuando sabes que si comes, el autocontrol se iría de vacaciones y seria imposible detenerte, así se siente, así me siento.  

—No pienso moverme, tampoco voy a subestimarte, sé qué eres capaz de mantener el control, recuerda que lastimarlos, es el camino que debes tomar para aprender a controlarte, tal vez lo veas de forma diferente, pero sino causas daño jamás llegarás a establecer tus propios límites y vivirás con el constante miedo de lastimar alguien por el mismo motivo, no ser capaz de controlarte. —Susurró de manera fría.

—No puedo contenerme. —Murmuré agarrando mi cabeza con frustración.

—No lo hagas, deja tu instinto salir, solo procura ser tú quien lo controle y no él a ti. 

Suspiré ruidosamente, inhalé y exhale tantas veces que perdí la cuenta. 

—Adelaide, mírame. —Ordenó Cassian, luego de un instante, aún luchando con todas mis fuerzas crucé mirada con él. —Tal vez pienses que esto es una tortura y lo entiendo porque en algún momento estuve en tu lugar, tal vez tu dudes de tu autocontrol, pero yo no lo hago. —Hizo una pausa antes de continuar. —Desde que llegamos a invadir tu vida, noté algo particular en ti  y es que siempre que una situación parezca fuera de control te las ingenias para tener algo de control y no derrumbarte, no dudes de ti. 

El Secreto De Los BlagdenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora