Era un día tranquilo, como cualquier otro.
La ciudad estaba tranquila.
Normalmente, en mi vida suceden cosas extrañas.
Pero hoy era la excepción.
De pronto, mi madre entra a mi habitación, ansiosa, como siempre.
¡Cariño, conseguiste una beca para la universidad que querías ir!- dijo, saltando de alegría.
¿Qué?
No lo podía creer.
¿En serio había conseguido una beca para la mejor universidad del país?
Debe de ser una broma.
-¿De verdad..?
-¡Si, de verdad! ¿No estás emocionada?
No respondí.
Me quedé en shock.
Es que, vamos, ¡Es la mejor universidad del país! ¿Cómo no emocionarme?
-¿Cariño?
Mi madre se quedó mirándome unos segundos, luego salió de la habitación.
Rápidamente agarré mi celular y le escribí a mi mejor amiga, Katie, o, como suelo decirle yo, "Nani".
Le conté lo de la beca, ya que ella va a ir a esa misma universidad.
Pero, ella no es la única razón por la que quiero ir a esa universidad tan cara.
Hay otra persona.
Noah.
Era el chico más lindo que había visto en toda mi vida.
Aparte de guapo, es inteligente, alto, delgado; aunque no tanto, amable, y, por último pero no menos importante; millonario.
¿Cómo pude conocer a alguien así siendo tan.. Común?
Fácil, somos vecinos.
Y, aparte de vecinos, somos amigos.
Aunque quisiera ser algo más...
De repente, Noah entra a mi habitación con mi madre detrás.
-¿Noah?
-¡Hola, Charlotte! Tu madre me contó que irás a la Universidad Brown, eso significa que nos podremos ir juntos, como cuando íbamos al colegio.
-Sí, supongo.
Eso no sonaba mal para nada.
Nada que tenga que ver con Noah y yo suena mal.
Bueno, lo malo, es que, claramente habrá otras chicas, lindas, mucho más que yo.
Y, eso me asusta.
¿Qué sucedería si Noah se enamora de alguna chica rica de Brown?
¡Me muero!
Tantos años esperando para estar con él y que venga una niñita mimada de Brown y esté con el en menos de meses?
Imposible.
Tenía que impedir eso a toda costa
Entraba a la universidad en enero, y es septiembre, exactamente a 20 días de mi cumpleaños, o sea, 27 de septiembre.
Tengo tan solo 3 meses para tener un cambio radical.
Mi madre salió de la habitación.
Oye, Charlotte- dijo Noah, dudoso.
-¿Si, Noah?
-Sabes... Quería decirte algo.
-Adelante.
-Bueno, pues...
Acaso... ¡¿Va a declararse?!
No puede ser, tanto tiempo esperando para esto.
Y... Entró mi madre.
¿Por qué tenía que arruinar el momento?
-Noah, mi niño, ¿Quieres un poco de pan de maíz?
-Si, muchas gracias.
-Bueno, ahorita te traigo.
Mi madre salió de la habitación, gracias a Dios.
-Entonces... ¿Qué me estabas diciendo?
-Me gusta Katie, así que... Quería saber si podías ayudarme.
¿Qué?
¿Katie?
No puede ser.
Sabía que esto pasaría, pero, no con Katie, no con mi mejor amiga.
Ok, Charlotte, no te dejes derrotar por un hombre, finge que no te interesa.
-¿En serio? Entonces te ayudaré con lo que pueda.
Fui con Noah a comprarle algún regalo a Katie para declararse
Quería ayudarlo ya que, claro, somos amigos, y no quería que se sintiera mal.
Pero, seamos sinceros, Katie no va a aceptarlo.
¿Por qué?
Simple, Katie es mi mejor amiga, no estaría con él sabiendo que me gusta.
O eso creo.
