Miradas

4

Aidan

Me encontraba fastidiado, en un maldito Starbucks esperando a la chica del callejón. La vi llegar a lo lejos y me hice el distraído para ver si ella me venía a hablar. Tenía curiosidad.

- Hola- dijo ella suspirando y pasando por al lado mío.

-Bueno, ese es un buen saludo de buenos días, me alegras la mañana- dije sonriendo.

La vi rodar los ojos y seguir hasta llegar a la fila, para pedir.

Nos quedamos en completo silencio mientras pasaban los minutos, diez minutos después, estábamos pidiendo.

- Dos caramel macchiato y...- dijo mirandome.

- Que sean tres- dije sonriendo.

Esto de ser encantador sirve para mucho. La gente me sonríe. Eso no es común cuando me ven.

Al salir de la cafetería nos encaminamos al hotel. Cuando llegamos me entregó la taza de la Señora Holloway y los dos cafés. Ella se dirigió al armario bajo la escalera.

- Señora Holloway, permiso- le dije tocando su puerta, pero ella no pareció escucharme.

Me acerqué a la puerta y escuché su conversación. Estaba hablando por teléfono, parecía frustrada.

- No pueden seguir desapareciendo personas, mejor dicho, no podes seguir desapareciendo personas, Antonio.

Creo que a esto se refería mi jefe. Antonio debe ser el esposo de Carmen Holloway.

- No me importa si te conviene, después todos irán por nosotros.

Deje de escuchar cuando se acercó Taña.

- ¿Estás espiando a tu jefa?- dijo preguntó sonriendo.

- Será un secreto entre tú y yo- dije guiñándole un ojo. Ella solo rió y se acercó al escritorio de Isabella para dejar algo.

- Dáselo cuando te dignes a interrumpirla- dijo mirándome con sus ojos verdes.

- ¿Eres amiga de Isabella?- pregunté por curioso.

- Algo así, nos llevamos bien, pero no hacemos nada de lo que hacen las amigas sabes.

- ¿Sabes si tiene amigos aquí?

- ¿Por qué tanta curiosidad? Ustedes se conocen desde antes, ¿cierto?- preguntó muerta de curiosidad, seguro que esta pregunta la tenía desde ayer.

- Era mi novia en la secundaria- solté.

Ella abrió los ojos y se limitó a intentar disimular el asombro de su cara.

- Pensé que tu eras mucho mayor- dijo mirando para abajo.

- Me ofende, soy todo un joven- intente bromear. No es que sea mucho mayor.

Ella no contesto, solo te limito a reír.

- Sí, bueno, como sea, debo entregarle esto a mi jefa- dije dando por sentada la conversación.