— ¡Vamos Adalia, llegaremos tarde a la presentaciones! —grita mi madre. Joanna Tomlinson madre de dos hijas, Kristel Tomlinson y yo.
— ¡Voy! —grito mientras me pongo mi sudadera negra.
Me aliso mi pelo corto.
Blanco.
Me encanta, fue todo un reto convencer a mi madre dejarme teñir el pelo blanco, algo grisáceo. Uuh solo de recordarlo.
— ¡Pero claro que no Adalia Castillo! —gritó mi madre— ¿Qué tiene de malo tu pelo largo y negro?.
No quería enojarme no con ella, pero no, no quería perder esta batalla, no ahora.
— ¡¿De malo madre?! Uno; pasa que siempre que alguien toma asiento a lado mío y yo me levanto ¡esta aplastando mi pelo!. Dos; ¡Es difícil lavarlo!. Tres; ¡Tremendo dolor de cabeza la que se siente después de hacer te aunque sea un puto moño grande! y sin contar las veces que vas al baño... Diuuj.
— ¡Cuida ese lenguaje Adalia Castillo! ¡Toda las mujeres de la familia han sido bendecida por tener el pelo largo! y ¡¡tú!! no serás la excepción señorita.
— No claro que no, yo seré la única, anda vamos solo será una vez y después me crecerá y ya no me lo cortare, te lo prometo. —vale se que tal vez no funcione ¿Qué pierdo por persuadirla un poco?.
Ella se lo piensa -enserio lo hace- se que toda mi familia me mirará raro cuando vean que me pinte el pelo del mismo color que el de una viejita.
— Esta bien. —cede— Pero solo una vez —me advierte.
Yo asiento, ¡Mis trecientas cincuenta y dos veces habían hecho efecto!.
Después de recordarme aquel tal momento vergonzoso, salgo por fin de mi habitación y bajo las gradas, encontrándome con mi madre y mi hermana esperándome en el sillón de la sala.
— ¡Mami, Ada se tardó mucho y esta igual que ayer!. —chilla mi hermana, no se si llamarla así pues no me ayuda en nada.
— Dile algo ma' —digo, me contengo, me contengo de no lanzarmele encima a mi pequeña y hermosa hermana, seria una pena.
Ella solo ríe al ver que mi madre no hará nada, y mucho menos para contradecir a su pequeña hija.
Salimos de la casa y caminamos a la estación que esta a unas cuantas casas de la mía. Compramos los boletos y tomamos asiento.
Aproximadamente paso como treinta minutos cuando llegamos a nuestro destino.
"Instituto le Rodrick"
Salimos de la estación y ¡Boom!. Filas pero ¡Filas! de estudiantes. Mi madre, hermana y yo caminamos al edificio principal, donde serán la presentación.
Sí, un instituto de ricos, lo típico, ricos contra becados, eso me cuenta a mí, con tan solo mis 17 años me gano una beca, dejando atrás mis compañeros, mi escuela, ¡incluso tendré que dejar a mi familia!. No me pude negar pues se que es una oferta que me favorece, para mi familia, y sobre todo para mí, para mi futuro.
Gracias a dios, no se han escuchado indicios de maltrato o mejor conocido como "Bullying" hacía los becados. Suerte ¿no?.
La mayoría de las chicas esta bien vestidas, con su falda celeste -muy corta- y blusa blanca con moño también celeste. Los chicos pantalón negro y camisa celeste. Por suerte la beca trae incluido el uniforme.
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Mi corazón de chocolate
Teen FictionUn amor perfecto solo existe en los ideales de cada persona, en el mundo real solo hay amores que te destrozan de una u otra formar. La persona que ama, ama más allá de la belleza de lo simple, buscando la perfección del intelecto. - ¿Porqué no te...