La Casa de Los Pecadores.

8. Un silencio agradable.

POV'S Amara.

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Nathan abrió los ojos y me observó unos segundos, esos segundos se sintieron como una eternidad, hasta que me hizo una seña para que lo siguiera en el pasillo, le hice caso y terminamos en su habitación. Él se acomodo sobre su escritorio y me miró con curiosidad, como si esperara que le respondiera una pregunta que nunca me hizo.

- ¿Y bien? - Pregunté, el hecho de que me viera así me provocaba ansiedad.

- Se que escondes algo. Se que no nos haz dicho toda la verdad.

- ¿Otra vez con lo mismo?

- Sí, ¿Por qué no mejor me lo dices? Prometo no decirle a los demás.

Ojalá pudiera decirte.

- No tengo nada que decirte.

El rubio se levantó de su escritorio y en menos de dos segundos se acercó a mi desafiante, su rostro era completamente serio y sentí su respiración sobre mi, lo admito, para no ser una persona normal, Nathan Harper conseguía intimidarme cuando se lo proponía.

Pero el muy sínico dejo salir una sonrisita burlona luego de unos segundos de incómoda tensión y se devolvió a su escritorio.

- No tienes que decirlo...pronto lo sabré. - su tono era juguetón.

- No hay nada que saber.

- Oh, claro que lo hay, Amara.

Su interés en querer descubrir lo que sucedía, me hacía sentir desesperada. Lo mire mal, antes de salir rápidamente se la habitación, claro, el me siguió.

- ¿Qué es lo que quieres? - Me gire y alcé la voz frustrada.

- Nada, solo no quiero perderte de vista, recuerda que en un rato tenemos que reunirnos con los demás en el parque Horsham.

Rei y luego me cruce de brazos.

- ¿Cómo piensas explicarles a tus amigos que metiste a una extraña a vivir a tu casa? - Eso no sonaba bien, para ninguno de los dos. - Digo, ellos no confían en mi, y si sigues así tampoco van a confiar en tí.