Capítulo 235

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+ Estáis las dos como las cabras.

Asevero enternecido y agradecido por lo que ambas están dispuestas a hacer por mi niña.

+ Pero no puedo permitir que os expongáis a semejante locura.

Me niego rotundo.

+ Os podéis meter en un lío de cojones.

V: Una locura es que esta niña vuelva a un sitio donde tiene miedo a que la lastimen.

- Cielo, ¿por qué no vas con Manu a ver si todavía queda algo para comer?

Mira al hombre que lleva cuidando sus espaldas hace años para que la lleve al catering, dejándonos hablar entre adultos.

E: Ya no tengo hambre.

Se mantiene pegadita a ella.

- Pero yo sí.

Le hace cosquillas, provocando su risa.

- Anda, ¿me eliges tú algo que tenga buena pinta?

E: Vale.

Acepta dejándonos a los tres solos.

V: La niña se viene conmigo.

Insiste convencida.

V: Estaremos aquí hasta mañana, luego tendrás que venir a por ella a Valencia.

+ Vero...

V: No se hable más.

Zanja.

+ Te juro que jamas podré agradecerte.

V: Eso ya lo veremos.

Me hace sonreír. Malú siempre ha descrito a su mejor amiga como una mujer divertida y espontánea, pero la verdad es que también es enormemente generosa. Tuve la suerte de comprobarlo en nuestra escapada a Valencia, pero ahora ella se ocupa de demostrarlo una vez más.

+ Arreglaré todo lo antes posible.

Prometo.

+ Tanto por Eva como por mí.

Aseguro. No es fácil ocupar un rol de padre cuando no lo soy, pero la vida me ha impuesto esta realidad, y ahora no puedo vivir sin ella.

V: Voy a avisarla.

Desaparece sin dejarnos rechistar. Malú no levanta sus ojitos del suelo.

+ Gracias.

Me acerco a ella, levantando su mentón con la punta de mis dedos, obligándola a mirarme. Sus ojitos brillan, perdiéndose en los míos.

- ¿Todo esto es por Sebastián... él te la quitó?

+ Sí.

Nos comunicamos en susurros.

- Es un cabrón.

Maldice, quedándose luego por largos segundos en silencio.

- No hay bebé.

Cierra los ojos y derrama una lagrima que corre por su mejilla, estrellándose en el vacío.

+ ¿Qué?

- Nunca lo hubo.

Reconoce mirándome avergonzada.

- Fue una excusa que inventé para retenerle.

+ Malú...

Limpio su carita empapada.

- Cuéntale la verdad.

Me permite.

- Y recupera a Eva.

Ordena.

+ No.

Me niego.

+ Sebastian me la quitó porque quería que vuelva a ganarme tu confianza y averigüe tú secreto.

Me toca a mi confesarme.

+ Y me negué a hacerlo.

Asevero.

+ Volvería a negarme todas las veces que haga falta, porque te quiero, y tu intimidad está a salvo conmigo.

- Eva no tiene le culpa.

Protesta llorando.

+ Tampoco la tienes tú.

- Ella es una niña.

+ Y tú la mujer que amo.

Prometo.

+ Y no pienso permitir que Sebastian siga manipulándome.

Acierto a decir.

+ Ni contigo, ni con ella.

- Mateo, este no es el momento de ser justiciero.

+ Si lo es.

La contradigo.

+ Voy a recuperar a Eva.

Sentencio. Cueste lo que cueste, voy a hacerlo.

+ Pero no pienso darle la oportunidad a ese capullo que vuelva a amenazarme con quitármela.

Explico.

+ Voy a conseguir su tenencia, porque nadie va a cuidarla mejor que yo, y Sebastián no podrá hacer nada frente a ello.

- ¡Que le cuentes la maldita verdad!

Grita ahogando el llanto.

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora