Pov' Agustín
Nunca creí en el destino hasta el día que volví a encontrarme contigo. No estaba en mis planes ir a esa cafetería , pero después de un largo día necesitaba con urgencia despejar mi mente acompañado de un buen café.
Me sorprendió verte en esa cafetería. Casi no te reconozco, has crecido mucho, hace bastante tu rostro dejó de ser el de un niño y se convirtió en el de un hombre, tu cabello también es diferente, lo cortaste , se te ve bien , aunque tú sonrisa y el brillo de tus ojos sigue siendo el mismo de siempre .
Me preguntaste qué quería ordenar, creo que no me reconociste, ¿ Es por la barba ? Mis amigos suelen decirme que parezco mayor por ella ¿ Debería afeitarme ? tal vez asi recuerdes quién soy.
Tal vez haya sido por el reencuentro con el que tantos años he soñado, pero esa cafetería en la que trabajas se ha convertido en mi cafetería favorita .
Sigues sin reconocerme , ahora estoy seguro de que la barba no tiene nada que ver , hace una semana que me afeité y aún sigues tratándome como un extraño.
¿ Me olvidaste ?
Hoy nuestras miradas se cruzaron.
Estabas atendiendo a unos clientes y tu mirada se desvió hasta encontrarte conmigo, me quedé estático, solo fue una
fracción de segundo, pero eso bastó para ver a la perfección el color tus ojos, y para que mi corazón latiera desenfrenado.
Después de eso el día siguió la misma rutina de siempre, tu atendías las mesas con una sonrisa y yo tomaba un café mientras leía un libro que pedí
prestado de la biblioteca, aunque no le prestará realmente atención.
aún no me reconoces, y yo aún no consigo reunir el valor suficiente para hablarte, me conformo con ver tu figura desde la
distancia, escucharte reír y disfrutar del momento en el que te toca atender mi mesa.
Me conformo con saber que estás ahí, y que tengo la oportunidad de pasar mis tardes contigo, aunque no sea capaz de intercambiar una sola palabra.
Si pudiera gritaría frente a todos, para que no quedara duda alguna de lo enamorado que me tienes, si tan solo tuviera el valor suficiente.
Si fuera lo suficientemente valiente, tal vez me habría declarado esa noche en la playa mientras veíamos los fuegos artificiales, nuestra última noche juntos ¿La recuerdas? O tal vez me hubiera declarado mucho antes, cuando solo éramos unos niños, pero... ¿Me hubieras tomado en serio en ese entonces? ¿Hubieras sido capaz de ver la honestidad en las palabras de un niño de ocho años o en las torpes oraciones de un adolescente que, fascinado y aterrado experimentaba junto a ti su primer amor?
¿Me tomarías en serio si hoy me hubiese
levantado cuando nuestras miradas se cruzaron y, revelándote mi identidad te confesara que no he dejado de pensar en ti en todos estos años? ¿Que a pesar del tiempo y la distancia mis sentimientos por ti son los mismos que hace años?
¿Me creerías si te dijera que estoy locamente enamorado?
