La preocupación lo invadió por completo al no encontrarla por ninguna parte, ya habían pasado algunas horas desde que la había visto y eso lo atormentaba provocando que los pensamientos negativos vinieran a él. Pasando por los pasillos de la cueva, noto como Caspian caminaba directo al segundo piso para llegar a la puerta de esta y contemplar el paisaje mientras tomaba asiento en una de las grandes rocas.
Armándose de valor, suspiro y rodo los ojos, ya era el momento para dejar las cosas en claro. Caminando a él noto como este lo miro para después continuar mirando a la nada.
-He visto como la miras- Se puso a unos pocos metros de él- debes de quitar esos pensamientos de tú mente.
El príncipe solo se puso rígido al escucharlo, no se esperaba verlo y mucho menos estando los dos solos, armándose de valor solo giro mientras sonreía, causando que Peter se molestara más.
- ¿Apenas lo está notando mí Rey? - Ríe mirándolo- Sé que yo le puedo ofrecer más de lo que tú puedes ofrecerle-
- ¿Crees que a ella le interesa lo material?, si eso es lo que piensas déjame decirte que estas muy equivocado. Mi esposa no es de esas mujeres que has de conocer, ella me ama más de lo que puedes pensar. Por si fuera poco, estamos muy bien como para que venga un príncipe, no espera- Rio – Un telmarino y quiera hacerla su mujer, vaya que fantasía tienes, te envidio por ello. -
Apretando las manos por la manera en la que lo llamo, no iba a dejarse intimidar por un rey, él no era más que él y eso lo sabía muy bien.
-Al menos yo le garantizo poder estar con ella para siempre, hasta que la muerte nos separe-
Peter dejo de reír para ponerse en una compostura derecha, esta vez le había dado en él tema que más le dolía, dejar Narnia atrás junto a su amada e hijo.
-No sabes de lo que estás hablando- Gruño-
-Claro que se de lo que estoy hablando, vamos Peter- Rodo los ojos al pararse- Ni tú mismo sabes si te vas a quedar aquí en Narnia para siempre. Conozco los de tú clase.
Mirándolo confundido hablo.
-¿Los de mi clase?- Pregunto –
-No dejare que le hagas daño cuando te vayas, la vas a dejar sola nuevamente y esta vez no estará Aslan para dormirla hasta tú regreso, pero no te preocupes yo cuidare de ella y de tú hijo, claro si es que sigue con vida.
El enojo lo invadió por completo, saco su espada para acorralarlo en la pared mientras esta se incrustaba poco a poco en la piel del Telmarino sacando un poco de sangre.
-No vuelvas a mencionar a mi hijo, no quiero volver a escuchar salir de tú boca algo sobre mi familia, no tienes ningún derecho sobre ello, y si yo me llegara a ir, ¿Crees que ella estaría contigo? –Escupió al hablar entre dientes- Con un maldito telmarino que invadió toda Narnia, un maldito telmarino que la asesino hace miles de años, mírate a ti mismo Caspian no tienes a nadie en este mundo, solo eres un hombre que juega hacer un príncipe, no sabes nada sobre ser un Rey. –Aleja su espada del cuello de este. - Solo te digo, no te metas con mi familia, y si llegas a hablar con ella sobre lo que sea yo me encargare de cortarte la lengua.
-No te tengo miedo - Menciono con firmeza y valentía-
La actitud del pelinegro provocaba cierta gracia en el magnífico, aun recordaba las miradas de aquellos oponentes que enfrento hace años.
-He peleado tantas veces por ella que no me bastaría agregar a uno a la cuenta, y no hablo de la cuenta que tengo sobre a los que deje con vida. - Esto sorprendió a Caspian dejándolo sin saber que decir- Oh, pero no te preocupes, no es un secreto esto, todos los Narnianos y mi amada lo saben. Solo que si saben hasta donde hablar.
- ¿Tú mataste al Rey Estefano?- Con enojo lo empujo –
-No, no voy a permitir que me culpes de su muerte solo porque se suicidó, yo no lo asesine, él se suicidó por no lograr tener el amor de mi bella esposa- rodo los ojos-Muchas narnianas dicen que el que se enamora de Adelaide ya no sale de ahí y solo que no logren tener su amor caerán en la perdición. – Rodo los ojos- Pero eso solo son mitos. Aunque he visto como hombres pierden la cabeza al enterarse de que ella es mi esposa, tantas cosas que han intentado hacerme para que mi muerte sea lo más pronto posible. Ella me ama a mí caspian, pero sé que una de mis hermanas está sintiendo cosas por ti, lo cual me impide provocarte la muerte, pero si te puedo hacer cosas de las cuales te vas a acordar toda tú vida.
Se alejó del lugar para seguir con su objetivo, encontrar a su mujer
..
Adelaide camino lentamente por el bosque en busca de un lugar un poco alejado de los demás, necesitaba hacer lo que siempre hacia cuando sentía una gran tristeza dentro de ella. Usar los elementos para mejorar el bosque, en cierto modo ayudar en que las cosas estén mejor le hacía sentir mucha felicidad ayudándola a olvidarse de muchas cosas, un corazón roto, por ejemplo.
-Aquí es perfecto- Suspiro mirando a su alrededor una pequeña parte del bosque sin vida. Su enojo se presentó al sentir como todo esto quedo así a causa de los telmarinos por querer tener madera para sus armas, cosa que le molestaba demasiado, dirán que sería muy hipócrita de su parte eso ya que algunas de las armas que usan los Narnianos son de madera, pero esa madera fue cortada con los cuerpos de los arboles que dieron su consentimiento.- Esto tiene que terminar ya.
Sumida en una tranquilidad cerró los ojos alzando sus brazos para dar unos ligeros movimientos crenado una tenue luz azul. Una bella melodía comenzó a cantar (Luz que da poder, con la flor azul, remueve enfermedad y el destino cruel tráeme lo que perdí, volviendo a lo que fue), poco a poco se podía visualizar el elemento de la tierra sobre el aire. La luz torno un color azul más fuerte, podía dejar impresionado a cualquiera que estuviese a unos kilómetros del lugar, pues, el destello que desprendía era muy fuerte.
Al momento en el que Adelaide alzo sus brazos lo más alto que pudo, la luz azul se apodero de todo el lugar envolviéndolo en una brisa fresca. Árboles, plantas y flores, comenzaron a salir del suelo trayendo consigo la vida que le fue arrebatada a este lugar.
Sus ojos se abrieron al sentir unos pequeños pasos aproximándose a ella, a lo que sonrió negándose al reconocer al dueño de esos ruidos.
-Para ser un ratón eres demasiado ruidoso- Giro sonriendo mirándolo-
-No pretendía ser silencioso su majestad- Le sonrió- Casi toda Narnia la está buscando, lleva horas fuera. Pensamos que le había pasado algo.
-Calma mi fiel amigo, te puedes provocar un infarto si no te calmas. –Suspiro calmada-
-Tenemos malas noticias, mi Reyna.
-No existen las malas noticias querido- Sonrió a medias-
-El príncipe Caspian quiere acordar un acuerdo con miras para que no ocurra ninguna guerra. - Hablo desesperado-
-Esas son malas noticias, ¿Pero ¿cómo se le ocurre que Miras aceptara ese dichoso acuerdo?
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Como la flor- Narnia- Peter Pevensie
FantasyLa vida es como una flor, tan perfecta pero a la vez tan frágil, cualquier mal movimiento puede provocar que se vaya apagando poco a poco, como lo fue con la vida de la vida de la Reina Adelaida La Guerrera. Todos los libros de historia hablan sobr...