Apocalipsis [Karmaland 5]

23. [Karmaland] (solidaridad)

- ¡Rubius! - grito la reconcible voz de Quackity.

- ¡Fargan! ¡Rubius! - le siguió el grito de Vegetta.

Fargan pudo verlos a todos, ya que sus ojos de búho le permitía ver en la oscuridad mejor que a la mayoría, tenía que admitir que era muy útil, y era especialmente fácil ver a Luzu; sus ojos eran muy llamativos.

Rubius de inmediato corrió hacia Quackity; quién era el más cercano. Y lo abrazo fuertemente, mientras que Fargan fue a ayudar a los demás.

Los  dos recién llegados ayudaron a cargar a Willyrex, específicamente, Fargan, Rubius por su lado ayudo a cargar algunas cosas.

Subieron hasta la casa donde estaban los demás descansando, o bueno, solo Titi quién estaba dormido, mientras que los otros dos estaban hablando, voltearon al escuchar pasos y se emocionaron cuando vieron a los chicos.

- ¡Chicos! - se levantó y fue hacia ellos rápidamente.

- ¡Hola Mangel! ¡Hola Juan! - hablo con felicidad.

- hola Luzu, hola chicos - se acerco también.

Los chicos empezaron a saludarse y a hablar, sobre todo de cómo habían llegado ahí, y obviamente salió el tema, Alexby...

- amm, y a todo esto, ¿dónde está Alex? - hablo el oso.

Y justo ahí hubo un silencio sepulcral, Fargan, Mangel, Illojuan y Rubius miraron a los demás.

Nadie dijo nada...

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Ya había despertado, por el hambre y por el sonido del metal golpeando a más metal, al mirar vieron a ese chico, Drako.

- buen día~ - hablo con una sonrisa, que, no inspiro confianza en ninguno de los dos.

- ¿Qué paso? - nuevamente trato de alejar el polvo que tanto le molestaba, estaban en una cueva, si, ¿¡pero que necesidad hay de que haya tanto polvo!?

- solo les quería avisar de algo.

- ¿El qué? - se acomodo su propio casco para evitar ahogarse con el polvo que Alexby trataba de alejar, casualmente lanzandoselo a el.

- ¡Sus amigos escaparon! - parecía tan sonriente y feliz, cómo si ni fuera consiente del como les afectaría la noticia de ser abandonados.

Hubo un silencio momentáneo, los dos chicos miraron al dios, como preguntando si era verdad, lastimosamente para ellos si lo era, habían sido abandonados, y Leli no pudo contener su ira.

- ¡Que hijos de puta! ¡Nos abandonaron aquí! - gritó molesto, por fin dejando el polvo en paz.

- ¿Es enserio? - ahora hablo incrédulo el Staxx.

- ajá~ sus amigos se escaparon hace unos treinta minutos, creo que ya están afuera para este momento.

- no puede ser, ¡no puede ser! - estaba histérico el chico, se sentía traicionado y de la peor manera.

El otro, Staxx, no sabía que decir, estaba estupefacto, estava seguro que debería aver pasado algo, ¿pero el qué?, no lo sabía, solo no podía creer que esto fuera verdad, algo había pasado, su casco cayó al suelo ya que lo había soltado de la sorpresa, pues quería creer que nada era cierto, pero ¿por cuánto tiempo más podría engañarse?

El dios tan seguro y calmado se acerco a la puerta, lentamente, para cuando estuvo cerca, habló.

- lucen muy mal....- espera, eso era, ¿pena?, ambos chicos miraron al dios quien desvío la mirada apenado - decean salir de aquí,¿no es verdad? - suspiro - yo los puedo ayudar, pero tienen que darme tiempo - les dio un poco de comida con una sonrisa y desapareció dejando más humo nuevamente.

Ambos chicos con algo de desconfianza no querían comer, pero al final el hambre les ganó, y aunque con desconfianza, comieron una deliciosa comida después de más de un día completo.

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- ¡¿Cómo que los dejaron?! - habló incrédulo el oso.

- escúchame Rubius, Willy está realmente mal, y no sabemos como estaban ellos, no rentaba ir con más heridos o descuidar a los heridos - y así iban pasando los minutos, dónde Luzu trataba de explicar lo que había pasado a Rubius, mientras Vegetta trataba de hablar con Fargan para que no corriera a la mina a sacar a todos y por si acaso el plan de Vegetta no funciona, Quackity estaba cerrando la entrada a la mina.

Por otro lado, Mangel e Illojuan se encontraban revisando a los otros, o bueno, Mangel, ya que para el, Juan contaba como un herofo más, así descubrieron que en cuanto s heridas físicas no eran tan graves, o sea, estaban bien, o eso parecía porque Willyrex, despertaba solo podía mantenerse durante unos minutos, para después caer inconciente de nuevo, no sabían que le pasaba, pero era obvio que eso no era ni un poco bueno.

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- jefe.

- ¿Qué paso?

- nada, solo quería avisarle, todo va de acuerdo al plan~.

- oh, ¿si?

- si, fue una gran idea hacer todo eso Evelyn.

- si, ese no es mi nombre.

- pero se parece.

- no se parece en lo absoluto, y si me vuelves a llamar así te tiro a la lava.

- ok,ok, resentido.

- entonces, si no hay nada más, te agradecería que me dejes seguir con esto, o es más, que también te pongas a ayudar.

- ¡Ay! Pero qué dice jefecito, si yo estoy ayudando mucho.

- claro, claro, ponte a revisar el área segura anda.

- ay, bueno, ya voy, ya voy~.