Capítulo 2

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Scott

Conduzco como loco por la ciudad hasta llegar a su edificio. Camino rápidamente por el pasillo del edificio. Toco la puerta fuerte. Empiezo a perder la paciencia cuando no se apresura en abrir. Vuelvo a tocar la puerta esta vez un poco más fuerte.

—Eh, que me la vas a reventar, guapo. —Chilla en cuanto abre la jodida puerta. Paso a su lado y me siento en el sofá de su pequeña sala. —Uy, veo que alguien no se ha levantado con el pie derecho hoy. —Dice con su chillona voz. La miro de forma despectiva antes de hablar.

— ¿Qué mierda quieres ahora? —Gruño, MJ pone los ojos en blanco y se sienta junto a mí.

—Odio cuando estás de mal humor, cariño. —Se burla, espera mi respuesta cortante pero al ver no respondo prosigue. — ¿Sé lo has dicho ya? —Chilla ridículamente feliz. Suspiro pesadamente. « ¿En serio me hizo venir hasta aquí sólo para saber si ya le pedí el divorcio a Nick?» La verdad ni siquiera sé de qué me sorprendo. Ya debería estar acostumbrado a que ella sea una maldita psicópata.

—Sí, ya sé lo he dicho. —Escupo con fastidio. MJ comienza a dar brinquitos de felicidad. Aparto la mirada de su huesudo cuerpo mientras me llega el recuerdo de los ojos de Nick perdiendo ese brillo que tanto me encanta. Le he roto el corazón, lo sé. Y todo por culpa de esta loca que se hace pasar por su mejor amiga.

No me lo perdonaré nunca, la he destrozado. Seguro ha de estar vuelta un mar de lágrimas, mirando nuestras fotos antiguas y viendo a nuestros hijos jugar mientras finge que todo está bien. Esta mañana ha intentado hacerse la fuerte pero en su rostro se podía ver el dolor saliéndosele por los poros.

—Le diré la verdad. —Mascullo levantándome de golpe del mueble. MJ me mira como si me hubiesen salido seis cabezas.

—No le dirás ni una maldita palabra. —Gruñe acercándose a mí. Me mira furiosa pero me importa un rábano si se enoja o no. Camino hasta la puerta dispuesto a salir. —Sólo piensa en tus hijos, en esas dos pequeñas bolitas de algodón. —Me giro a mirarla y su sonrisa crece aún más. —Recuerda que si les pasa algo a ustedes yo soy la que puede sacar al pequeño Steven del colegio. — Sus ojos se abren demasiado y me asusta un poco.

—Ni se te ocurra ponerles una mano encima. —Escupo acercándome a ella. — ¿Cómo puedes ser tan descorazonada? ¿Siquiera has pensado en todo el daño que le estás causando? Ella te considera su familia. Mi hijo te adora ¿y tú solo piensas en hacerles daño? —Gruño, está haciendo que me salga de mis cabales y nada bueno puede pasar.

—Oh Scott, no vengas con esa mierda ahora. —Chilla poniendo los ojos en blanco. —Ella estará bien porque no se enterará de nada. —Me amenaza.

—Da gracias de que eres una mujer y no puedo romperte a golpes. —MJ me mira divertida. Acorta el espacio que nos separa y se pega completamente a mi cuerpo. Su perfume barato y asqueroso inunda mis fosas nasales y se me revuelve el estómago.

—Puedes desquitarte conmigo de otra forma. —Farfulla y se engancha de mi cuello.

—Primero muerto a revolcarme contigo. —Ella ríe escandalosamente. La empujo hasta que cae sobre uno se lo sillones. La escucho chillar pero la ignoro y camino hasta la puerta y salgo de ese horrible lugar al que estoy obligado a venir cada vez que a MJ le pega la gana de torturarme. Nunca me cayó demasiado bien, pero es la única amiga de Nick y tuve que aguantarla por años. Nunca me dio buena espina. Siempre andaba metiéndole cucarachas sobre mí en la cabeza a Nick cuando empezamos a salir. Siempre ha tenido envidia de la vida de Nick, me lo ha hecho saber en múltiples ocasiones. A Nick se le romperá el corazón cuando se entere quien es realmente MJ y que está lejos de ser la amiga comprensiva y cariñosa que ella cree que es.

Subo a mi auto y comienzo a golpear el volante con ira. Dejé pasar tiempo con mis hijos y con Nick por esta mierda. No puedo creer que esté haciendo eso. Que le estoy haciendo tanto daño a Nicole sólo por salvar mi pellejo. Esto no tiene sentido, si le cuento lo que ha pasado no me creerá y la lastimaré y si le pido el divorcio también la lastimo. Tiro de mi cabello, estoy al borde de un colapso mental.

Maldito el día en el me fui a hacer ese masaje.

Enciendo el motor del auto y salgo del estacionamiento. Necesito hablar con alguien, contarle lo que me está pasando. No tengo a quien contarle como me siento, todos mis amigos son amigos de Nick, y probablemente me terminarían odiando por ser tan imbécil. No los culparía si me odiaran, yo me estoy comenzando a odiar también. MJ no puede salirse con la suya. Ella no es nadie.

Sin darme cuenta estoy volviendo al único lugar donde quiero estar. En casa. Con Nick y los niños. Frente a nuestra casa se encuentra el auto de mi madre. Genial. La única mujer que podría creerme ahora, está del lado de Nick. Soy el rey de los idiotas. Abro la puerta y la veo tirada en el suelo, con cientos de cristales rotos esparcidos a su alrededor.

The Campbell'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora