Capítulo 19

4 0 0
                                    

Despierto por un pinchazo en mi mano, parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la luz cegadora de la habitación. Intento sentarme en la cama, pero fracaso porque una mano me lo impide.

—Señora Campbell, sólo será un momento. —Dice una amble enfermera mientras la otra enfermera termina de sacar un poco de mi sangre.

— ¿Para qué es? —Murmuro en cuanto termina de sacar la sangre.

—Es para algunos exámenes y una prueba de embarazo. —Dice amablemente.

—Oh no, no estoy embarazada. —Digo mientras me acomodo en la cama.

—No se preocupe, es sólo un exámen de rutina. —Dice antes de salir, me siento en la cama, tengo un dolor de cabeza infernal.

Estuve sola un largo rato, hasta que entra un doctor. Me mira un momento y luego mira la carpeta en su mano.

— ¿Cómo se siente, señora Campbell? —Murmura mientras sigue mirando su carpeta.

—Pues, me duele la cabeza a horrores. —Digo mientras toco mi cabeza levemente.

—Eso se debe a que su presión arterial bajó, se desmayó y golpeó su cabeza contra el piso. —Me mira tiernamente y me sonríe.

—Oh, estaré bien. —

—Puede volver a casa en un par de horas, y la veré en unos días para su primer control prenatal y ultrasonido. —Rio mientras me recuesto de nuevo. El doctor me mira un momento. — ¿Qué le parece tan gracioso? —Dice mientras sonríe.

—Es que por un momento pensé que había dicho que necesitaba un control prenatal y un ultrasonido. —Mascullo y arreglo las sábanas que me cubren.

—Eso fue lo que dije, señora Campbell. —Me mira de una forma extraña.

—No, pero eso no puede ser posible, porque eso significaría que estoy…—

—Embarazada. —Decimos al unísono. —Le diré a su familia que ya pueden verla. —El doctor sale de la habitación. «Oh Dios mío. No. No. No» Esto no puede ser posible. ¿Ahora cómo se lo digo a Scott? Un par de toquidos en la puerta me hacen salir de mis pensamientos.

— ¿Cómo estás, cariño? —Mia asoma su cabeza y luego pasa cerrando la puerta.

—Estoy bien, el doctor dice que me podré ir en un par de horas. —Mia se sienta en el borde de la cama. — ¿Cómo está Scott? —

—Está bien, sólo tiene una par de costillas lastimadas y moretones en el pecho y en el rostro. —Suspiro aliviada de que no haya sido algo peor. —Tendrá que pasar un par de días aquí, sólo por chequeo. —

—Gracias al cielo está bien. —Siento gran alivio. Y de pronto lo recuerdo, a la chica, la chica que estaba junto a mí. — ¿Ella está aquí? —Mia me mira tratando de descifrar que quiero decirle. —La nueva chica de Scott. —Digo cohibida.

—No cariño, nadie ha venido a verlo más que tú, yo y su nueva secretaria. —Me siento tranquila al saber que no se trata de ella y me sorprendo al darme cuenta de que realmente estaba deseando que no fuese ella. Suspiro aliviada mientras me siento en la cama. Mia se queda conmigo mientras esperamos a que la enfermera venga por mí.

Mi madre me llama porque Mia le ha contado sobre mi pequeño desmayo. Trato de tranquilizarla diciéndole que ya estoy bien, pero no me cree del todo. Me hace prometerle que la llamaré apenas llegue a la casa.

La enfermera vuelve pronto y amablemente me informa que ya puedo irme a casa. Mia me acompaña hasta la habitación en la que se encuentra Scott, toco la puerta un par de veces hasta que lo escucho invitarme a pasar.

Scott sonríe abiertamente en cuanto me ve entrar a la habitación y tímidamente camino hasta él bajo su penetrante mirada.

—Hola. —Susurro en cuanto me siento en el pequeño mueble que está junto a su cama.

—Hola. —Dice sonriente, miro su rostro lleno de moretones y una pequeña cortada sobre su ceja izquierda. —Me gusta cuando usas vestidos, te ves hermosa en ellos. —Murmura mientras se estira un poco para tomar mi mano. Siento como el rubor se apodera de mis mejillas y me siento tonta por avergonzarme delante de él.

—Gracias. —Hablo tímidamente y él ríe. — ¿Cómo estás? —Peino un poco su cabello.

—He tenido días peores. —Dice orgullosamente para que no note su dolor. —Sólo son unos rasguños y moretones, estaré bien. —Tiene una sonrisa arrogante, lo cual me hace poner los ojos en blanco. Scott nunca dirá que está adolorido sólo para no quedar como un hombre débil.

—Siento mucho lo que pasó, ya hablaré con George. —Scott niega con la cabeza.

—Me lo merezco, he sido un idiota contigo, no merezco que estés aquí conmigo. —Me siento mal por lo que dice. Permanezco callada un largo rato, pensando en lo tonta que me siento por haber venido y preocuparme por él. —Pero me encanta que hayas venido, no quiero ver a nadie más que a ti. —Añade al ver no digo nada. Mis ojos se clavan en los de él, no sé si lo dice en serio o si sólo lo dice para hacerme sentir mejor. 

Estoy incómoda y cohibida por su mirada, no me sentía de esta forma con Scott desde que era una niña. Es extraño estar con él, un día me demuestra que aún sigue amándome y al otro hace que lo aborrezca tanto hasta el punto de querer estrangularlo hasta dejarlo morado.

Necesito saber cuáles son sus sentimientos hacia mí, no puedo seguir teniendo esperanzas falsas con que él podría volver a ser el mismo Scott que conocí y del cual me enamore perdidamente. Necesito saberlo ahora, ya es tiempo de que aclaremos todo.

—Scott. —Aclaro mi garganta. — ¿Qué sientes por mí? —Lo digo rápido, si lo pienso mucho me va a entrar la cobardía y terminaré arrepintiéndome. —Quiero saber que sientes por mí, y por favor, sé sincero conmigo, ya no tienes que ser lindo. —Scott parpadea un par de veces. Supongo que mi pregunta lo deja un poco sorprendido.

—Nicole, hemos pasado por mil cosas, hemos estado el uno para el otro cuando más no hemos necesitado. Me ayudaste a cumplir mis sueños y yo te ayudé a cumplir los tuyos. Me diste todo lo que estaba a tu alcance y más para hacerme feliz. Has sido mi mayor apoyo en todos mis planes y metas, me diste la mayor felicidad de mi vida que son los niños, ¿y aun así me preguntas si te sigo amando? —Hace una pausa para mirarme mejor. —Claro que te sigo amando. —Añade sonriendo.

Su respuesta me deja pensativa, esa no era la respuesta que esperaba, no es que no me sienta feliz de saber que él aún me ama, sino que ahora pone todo en perspectiva.

Sus palabras en definitiva me dejan más confundida que el principio, simplemente no entiendo que es lo que pasa por su mente.

— ¿Amas a dos mujeres? —Me atrevo a preguntar.

—No, Nicole. —Se niega rápidamente. —Sólo a ti. —Scott suena muy seguro de lo que dice y yo en serio quiero creerle, pero algo en mi interior me dice a gritos que él sólo quiere confundirme y que está jugando conmigo. 

Me levanto del mueble y camino hasta la puerta, en definitiva salgo con más dudas que respuesta, busco a Mia por todos lados y la encuentro frente a la guardería del hospital.

Mia se queda a dormir en la casa ya que está preocupada de que esté sola con los niños luego de mi pequeño incidente. Steven estuvo preguntando por su padre durante toda la cena.

Mia se encarga de recoger la mesa y de ordenar todo, subo a mi habitación y me meto en el baño. Tomo una ducha larga, necesito pensar sobre todo lo ocurrido hoy.

Me meto bajo las sábanas y apago la lámpara, mis manos soban mi vientre suavemente. Un bebé. Rezo internamente para que todo salga bien, no sé cómo reaccionará Scott al saberlo, sin importar nada estoy emocionada por estar embarazada de nuevo.

The Campbell'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora