Capítulo 20

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Scott

La enfermera me ayuda a sentarme para poder comer un poco. Es bastante doloroso moverse cuando las pastillas pierden efecto. Miro la bandeja y la insípida comida en ella. «Genial, ahora me toca esta comida asquerosa» La enfermera se va y me deja solo y yo me las apaño para poder comerme la comida a pesar del dolor punzante que siento cada vez que alzo el brazo para poder probar cada bocado.

Afortunadamente ya sólo me queda un día en este horrible lugar. No soportaría otra espantosa ducha de esponja por uno de estos enfermeros maricones. Cuando termino de comer la enfermera de antes vuelve y se lleva mi bandeja vacía, me ayuda a recostarme de nuevo y me da otro cóctel de calmantes. Espero ansioso la hora de visita, realmente quiero ver a Nick. Necesito verla y decirle que la amo.

Sé que me ama, sé que mi Nick me sigue amando. Ha venido a verme en cuanto supo lo que sucedió con George. Sé que aún confía en mí. Tengo que contarle lo de MJ, no quiero dejar todo por lo que hemos luchado por un tonto chisme de salón de belleza. Mi madre tiene razón, no puedo quedarme quieto esperando que ella me perdone, tengo que luchar por ella y demostrarle mi inocencia. La puerta de la habitación se abre y rezo para que sea Nick pero la decepción se apodera de mí en cuanto la negra cara de MJ se asoma.

— ¿Qué mierda haces tú aquí? —Mascullo en cuanto entra y cierra la puerta detrás de sí. MJ pone los ojos en blanco y se sienta a mi lado en la cama.

—Sólo quise venir a verte, cariño. —Murmura mientras peina mi cabello. Trato de apartarme de ella pero el punzante dolor de mis costillas me lo impide.

—Vete. —Gruño. —Nick vendrá en cualquier momento. —MJ ríe y se levanta de la cama.

—Tu preciosísima Nick no vendrá hoy. —Farfulla mientras se pasea por toda la habitación. —Nick está con Edward, no vendrá. —Las palabras salen de su boca para clavarse en mi pecho. Un nudo se crea en mi garganta impidiéndome respirar con normalidad.

—Eso no es cierto. —Gruño. —Mi Nick no es capaz de salir con ese pobre diablo. —MJ se ríe escandalosamente y se gira a mirarme.

—Se han estado viendo todo el mes que no estuviste en casa. —Chilla y se sienta junto a mí.

— ¿Qué quieres? —Mascullo con asco. — ¿A qué has venido? —

—Quería venir y hacerte un poco de compañía. —Hace un puchero y yo pongo los ojos en blanco. —Quería ver qué tan mal te dejó George porque sonaba muy enojado cuando le conté que le pediste el divorcio a Nick. —Murmura inocentemente. Me incorporo sobre la cama, ignoro el dolor que me quema la piel y tomo fuerte de su brazo.

—Ni creas que te saldrás con la tuya. —Siseo cerca de su rostro. MJ se zafa de mi agarre y se acerca a la puerta.

—Creo que ya lo hice. —Me sonríe y sale de la habitación. «Por mil demonios» Ella aún no se ha salido con la suya. Tengo que recuperar a Nick. Ella no puede estar saliendo con esa escoria de hombre. Nick es mucho para él. Nick es mucho hasta para mí.

Sí ella de verdad está saliendo con Edward ahora sí que estoy jodido. Él fue el primer amor de Nick y yo no puedo luchar contra eso. Sé por experiencia propia que los sentimientos no desaparecen.

Siempre están ahí, guardados esperando el momento oportuno para salir y hacerte ver que en realidad nunca dejaste de amar a esa persona. A Nick le pasó así conmigo, probablemente también le pueda pasar con Edward. «Y una mierda, por supuesto que eso no va a pasar. Ella me ama. A mí. Sólo a mí»

The Campbell'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora