Alcohol | GADRI

2.

¿Qué?

Pedri no entendía ni una mierda, su mejor amigo le había llamado y le había dicho que lo necesitaba. Noto que su voz se escuchaba muy tumbada y hacia muchas pausas. ¿Estaba borracho? ¡Pero si apenas había cumplido la mayoria de edad!

Corrió a su carro y lo encendió lo más rápido que pudo, la casa de Gavi quedaba a unos 20 minutos de la suya, tomo un atajo que lo hacía llegar rápido y también para no toparse con el tráfico.

Estacionó donde pudo y bajo también a una velocidad impresionante. Toco fuerte y brusco para que Gavi lo pudiera escuchar, la puerta no tardo en abrirse dejando ver a un Pablo con las mejillas sonrojada, tambaleándose y sonriendo como tonto.
Pedri frunció el ceño y lo adentro a la casa, cerró la puerta y en cuanto volteo su amigo se lanzó a él en un abrazo donde Gavi tenía su carita en su cuello restregando su nariz dejando helado a él mayor.

–Pablo, ¿Qué te pasa?– lo intento separar pero el menor estaba agarrado como una pulga. También notó que olía un montón a vodka y limón.

Cuando por fin pudo separarlo escaneo la habitación dándose cuenta que había dos botellas gigantes de alcohol, adivino cuál era una, la vodka, pero el otro no logro adivinarlo. Dejo a Gavi sentado en un sillón y el se sento a un lado de el, no sabía bien qué decir, estaba sorprendido por qué su amigo tomó casi toda la botella de vodka y el otro licor.

Gavi seguía meloso y queriendo tomar más de aquel líquido transparente, no era su culpa ¡Esa mierda era adictiva y nadie iba a negarlo! y era más adictiva si sabias prepararla bien como lo hizo el.

Pedri no se sentía incómodo por el estado de su amigo, ellos siempre fueron cariñosos pero no a ese punto.

La gota que derramó el vasos fue cuando Gavi acercó su mano hacia la parte íntima de su amigo, acarició por encima de la tela haciendo contacto visual. Si, Pedri no reaccionó ni quito su mano de ahí por que joder se sentía fenomenal, pero luego recordó que era su amigo y se cabreo totalmente parándose del sillón asustado, eso estaba mal, Gavi estaba borracho y el estaba consiente, no lo iba a dejar.

A Paez no le gusto para nada dejar de tocar a su moreno, soltó un bufido en contra y aún manteniendo contacto visual se quejo.

–¿Por qué te alejas? –lo cuestionó–¿No te gusta? – también se puso de pie tambaleándose

–Pablo, estas borracho–alejo las manos de Gavi de su cuello– Ya hombre, quédate quieto un momento por favor.

Gavi nego repetidamente, no quería, quería a Pedri con todas sus fuerzas.

Pero no es por que estuviese borracho, desde siempre había querido para el al canario pero supo que sería imposible siendo mejores amigos. La primera vez que lo vio fue cuando fue presentado al equipo, hicieron contacto visual la mitad del tiempo y su lenguaje corporal los delataba 100 por ciento, Pablo se sentía nervioso e intimidado con la presencia de el más alto. Su aura emanaba superioridad, confianza, dominación y obviamente el cayó totalmente en el, digo. ¿Quién no?

Pablo al ver que Pedri no daba el paso supo que el tenia que arruinarlo, con todas sus fuerzas arrebato sus manos de el otro y en un movimiento rápido ellos ya estaban besándose. No era un beso como tal, solo era un suave toque de sus labios. Ellos se complementaban, era increíble.

Pedro cedió, después de todo seguía siendo un joven que necesitaba de eso. Movió su boca saboreando el sabor amargo del licor sobre sus labios, poco a poco metió su lengua explorando todo, al tocar la lengua de Pablo soltó un jadeo que lo saco se sus casillas. Posó una de sus manos en la nuca del sevillano y la otra estaba apretando su cintura también, por otro lado Pablo estaba que se derretía, sus manos no sabía dónde ponerlas y simplemente apretó los brazos de su amigo.