⸻ ʟᴀ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ ᴄᴀɴᴛᴀ ᴍɪ ᴄᴀɴᴄɪᴏ́ɴ.

único

— No sé cuándo moriré.

Silba con una rabia amarga sangrando por los poros de sus palabras.

— Podrá ser hoy, tal vez mañana, podría ser la próxima semana o el próximo mes. Sí, tal vez un maldito mes, lo que sé con certeza es que voy a estar muerta pronto, Aygül.

Con voz dolida musita el nombre de la esclava, sus iris celestes no podían confrontarla sin demostrar su apatía enfurecida.

— Sin embargo todavía estoy aquí, no importa lo doloroso que es o lo que estoy sacrificando. Pero incluso por un maldito segundo no dejarás de descartar esto como si fuese algo irreal... Como un mal sueño antes de despertar, pero sabes que es real porque es un infierno el que estoy viviendo... ¡Aygül, escúchame!

Gruñe, chocando con la mirada de aquellos ojos temerosos que solo alimentaron la tormenta de fuego; Apretada, la cavidad entre sus dos pulmones, su corazón se dilata y retuerce en el vago proceso de respirar, por más juramento inútil no podría soportar más ese dolor.

— ¡Por favor! No me quites las únicas razones para seguir viviendo, ustedes quedarán a la intemperie en cuanto me carguen en ese ataúd. Si esto es solo un mal sueño, preparate para la pesadilla en la que vivirás sin mi.

Le echa un último vistazo antes de desaparecer tras los portones de hierro, caminando envuelta en furia y vergüenza por debajo del bello manto de la noche, la luna se escondía tras las nubes.

Había confesado sus tristes pensamiento de la peor forma posible, deprimiendo el rostro de la niña a la que tanto amaba. Lo admitía, Fayna nunca fue buena para declamar sus sentimientos, menos cuando la muerte cantaba su canción de cuna.

Pero era inevitable.

Aygül tenía falsas esperanzas por encontrar una cura inexistente y Elían solo era un pequeño príncipe ignorante.

Sin la protección de Fayna, ambos infantes iban a terminar igual que ella. Eso solo sumaba un dolor punzante en su corazón, sus dos hijos sufriendo por la debilidad de su madre.

Que miserable rabia.