Travestismo |Maitake| |+18|

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"10:30 AM"

Indicaba su teléfono, había llegado justo a tiempo (por no decir media hora temprano)

Takemichi tenso las correas de su mochila, los nervios lo estaban consumiendo vivo, por fin había llegado el día.

Estaba plantado justo enfrente de la casa de Mikey.

La residencia Sano, se veía bastante tradicional y acogedora, en cierto modo era adorable. Guardó su celular, respiró hondo y tras unos segundos, acercó su dedo índice al timbre de la puerta para tocar.

Se arrepintió al instante, entró en pánico al recordar, que estaba usando un conjunto bastante llamativo, que constaba de su falda favorita, una blusa simple, medias rosadas con estampados de gatitos que le llegaban a los muslos. No usaba su peluca, ya que se lo prestó a una amiga suya, se había colocado un ligero maquillaje, junto a diversos adornos para cabellos, parecía más un femboy que una chica, aunque no le molestaba para nada también amaba vestirse así, Mikey había dicho que podía ir vestido como quisiera, aunque ahora que lo pensaba... ¿Debió vestirse como un chico?

Tal vez debía ir a su casa, cambiarse con algo de ropa más de hombre, no quería causarle problemas a Mikey. Tal vez el abuelo de su novio o sus hermanos, tenian un pensamiento conservador... ¡¡Debió preguntar en vez de coquetear con Mikey!!

Ocultó su rostro entre sus manos, miró a su alrededor, no había nadie a los alrededores, lo cual lo tomó como una señal divina de que debía ir a casa a cambiarse, no tardaría mucho. Giró sobre sus talones, dispuesto a irse, pero entonces notó que alguien lo observaba de manera analítica a una distancia prudente, casi pega un gritó por la sorpresa.

— Tú — habló el desconocido, caminando hasta quedar a un metro suyo, tenía en sus manos bolsas repletas de víveres, al parecer recién llegó de hacer compras — ¿Qué haces en mi casa? ¿Buscas a alguien? — preguntó con un tono seco, cosa que le puso los pelos de punta.

Takemichi tembló, aquel albino tenía un aura tan imponente, como la de su novio, aunque la de él le daba muchísimo más miedo, sentía que estaba enfrente de un pandillero muy influyente y despiadado. Su mirada amatista estaba llena de frialdad y violencia, le aterraba, estuvo a punto de salir corriendo como un conejo.

¡¿Acaso se había equivocado de dirección?! ¡¿Tan inútil era?! Pero... ¡¡Estaba muy seguro que Mikey vivía allí!! Verificó varias veces... Aunque ahora que lo pensaba ¿A-A caso ese aterrador chico...?

— Soy T-Takemichi Hanagaki, la pareja de Mikey-kun — se presentó rápido, haciendo una pequeña reverencia, esquivando así sus escalofriantes ojos.

— ¡¿Ah?! — el albino aterrador, se tenso — ¿Eres esa chica de la cual no para de hablar? — preguntó incrédulo, su aura asesina se esfumó. Pasó de parecer un sicario yakuza, a un simple chico, lo cual hizo suspirar de alivio a Takemichi, no se había confundido de casa y por como respondió, no había dudas de que se trataba del hermano de su novio.

— E-Eso creo — respondió avergonzado, rascando su mejilla con su dedo índice.

— ¿Esa chica que volvió a Mikey en un otaku? — se burló a punto de soltarse a reír a carcajadas.

Takemichi se quedó en blanco, bastante avergonzada volvió a responder:

— ... Definitivamente soy yo.

— Soy Izana Kurokawa, hermano mayor de Mikey, espero el idiota de mi hermanito haya hablado de mí.

— ... ¡S-Si! H-Habló bastante de usted y Emma-san — no era mentira, pero lo único que dijo de Izana es que era una molestia y que parecía un niño de 5 años, en vez del adulto joven que se suponía que era.