Jimin estaba junto a Jungkook, se sentía libre, por fin podía deshacerse del conjuro y usar su hanbok, su cabello suelto y no usar lentes de contacto, se sentía protegido dentro de esa pequeña aldea.
Pero su guardian no despertaba y habían pasado dos noches.
Luego de que llegaron y Alaska los recibió, Jungkook se desmayo en sus brazos, curaron sus heridas, pero no despertaba,trataba de comunicarse con el, pero estaba bloqueado.
Le acariciaba su mano, estaba cálida como siempre, sentía su respiración calmada.
Jungkook estaba acostado en la cama dentro de la pequeña cabaña de madera, la cama era reconfortante, de sábanas blancas y docel blanco, parecía un príncipe con su piel morena y su cabello negro con las manos sobre su abdomen.
Jimin se angustiaba, cada cierto tiempo, de los ojos de Jungkook caía una lágrima, ¿que estaría pasando dentro de su cabeza que Jungkook lloraba en sus sueños?
Solo quería volver a ver esos bellos ojos negros o a su guardian con sus ojos rojos como el fuego.
Jimin toma su cabello y lo acomoda hacia un lado, se quita la prenda principal del Hanbok y se desliza dentro de las sabanas suaves, abraza a Jungkook y siente su cuerpo desnudo, era fuerte, firme, acaricia su abdomen hacia su pecho y sigue con sus dedos deslizandolos hacia arriba cerca de su corazón, cerca de su estrella.
Está se ilumina al toque como siempre, Jimin sentía un leve hormigueo en su cuerpo cuando pasaba eso que lo hacía reír.
Jungkook,— le dice Jimin con el rostro en su estrella, —se que quizá no me escuchas, pero despierta por favor, tengo tantas cosas que decirte y ya no me queda tiempo, — lagrimas se deslizaron por los ojos de Jimin, no aguanto más, la angustia y la pena interior se desbordaron, ya no tenía nada que perder y por unos minutos pensaría solo en el. Aquí estaba seguro y si llegaban esos malditos brujos o Slaanch ya no importaba, ya no importaba nada si su Guardian no estaba a su lado.
Desde niño aprendió a controlar su interior, a controlar la tristeza, a comerse las lágrimas , a evitar la pena que este mundo cruel le daba.
Pero ya no podia más, cómo no estar triste si su amor no despertaba, lo hacía sentir tan inútil, había esperando miles de años por un hombre que estaba dormido por su culpa, si el hubiese estado fuerte podría haber ayudado, pero su corazón débil no pudo hacer nada, le quedaban cuatro días de vida y no se podria despedir, no podría volver a mirarlo a los ojos y decirle por fin cuanto lo amaba.
Cambiaría toda su vida por un minuto en los brazos de Jungkook.
Daría todo por volver a verlo sonreír, daría todo lo que era por escuchar su hermosa risa y poder abrazarlo, que lo amarre a su cuerpo y no lo soltara, que lo besara torpemente cómo lo hizo, y que durante el tiempo que tenga que durar sean felices.
Las cristalinas lágrimas rodeaban sus mejillas, caían sobre el dorso desnudo de Jungkook y se deslizaban por su costado,"no me olvides" hicieron un ramillete de flores en su costado. Los sollozos se propagaban por la habitación.
La naturaleza estaba triste, su amada estrella lo estaba y ellos no podían hacer nada, el viento golpeaba las hojas de los árboles y el sonido imperceptible de todo aquello que vivía se hizo presente en un susurro, era una canción de cuna para los oídos de quienes se atrevían a escuchar, todos se conectaron y sintieron en sus corazones, la tristeza y el alivio de ese susurro.
Alaska se tomaba el pecho, se había equivocado tanto, habia pensado que quedarse en silencio sería mejor para Jungkook, pero no, Jungkook ahora estaba ahí, inconciente, con la posibilidad de que no volviera a tiempo. Hyun Bin, le había dado la instrucción, no podía revelar nada de la estrella, el guardian debía amarla tal como el era.
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La estrella del Sur
FantasyTERMINADA. Jimin nació siendo una estrella, la más importante del Universo, Slaanesh, el cuarto Dios de Caos, se revela contra sus hermanos y quiere poseer la virtud y fertilidad de Jimin, este se esconde por Miles de años, hasta el nacimiento de su...