"Estoy para ti, pero no sé sí tú lo estás, realmente quiero que también estés para ti"
—Aun así considera las sesiones. Estás en un nuevo lugar, iniciando desde cero, pero vos sabés que las pesadillas no paran de la noche a la mañana.—Comentó con preocupación. Desde que su mejor amigo había tomado la decisión de alejarse por un tiempo de aquello que lo atormentaba, mudándose a otro país, cambiando de empleo; "una vida nueva" era como Lionel lo llamaba, fue cuando la preocupación de Sergio aumentó más.
Él conocía sus razones,las comprendía, a su vez sabía que los cambios en aspectos del ambiente, o hasta físicos, no harían que Leo dejara de ver con temor a la vida que mantenía en Argentina.No hubo respuesta pronta al otro lado del teléfono, pero ya imaginaba a su mejor amigo rodando los ojos. No esperaba que consiguiera ayuda profesional pronto, estando en un país desconocido, realmente no transfiere confianza a la primera, de todos modos quería que mantuviera en mente que no debía estar solo siempre solo con su mente, que no estaba mal pedir ayuda aveces.
-No te preocupes...—hizo una pausa, lo que acaba de salir de su boca fue de forma automática, como si su cerebro ya lo tuviera programado después de todas esas pláticas y llamadas que tenía con sus amigos, del cómo ellos se mostraban inquietos sobre él. Ya ni siquiera entendía si lo decía para tranquilizarlos a ellos, o si sólo era su misma consciencia hablándole a él.—Todo estará bien.—¿Por qué no ambos? Dos pájaros de un tiro.—Te llamaré en cuanto tenga a alguien, o si hay algo nuevo.-
-Claro.-Contestó en un tono afligido.-Te escucho luego. Te extraño.-Esa ultima frase puede que sea también algo automático para Sergio en un futuro.
-Yo igual.-devolvió Lionel para después despedirse y colgar. Aun tenía demasiadas cajas y muebles que acomodar en su nuevo departamento.
★——— ★
-¡Ándale, chaparro!
Se escuchó el tintineo de las llaves con insistencia desde el salón cerca de la entrada principal, a su vez de unos pequeños pasos cuidadosos, pero apresurados, en el segundo piso que se dirigían hacia las escaleras.
—¿Pá, ya llevas todo?—preguntó una pequeña vocecita perteneciente aquellos pasitos que disminuían entrando a la cocina a lado del salón para recoger lo que le faltaba; su almuerzo.
—Creo que debo ser yo quien te haga esa pregunta.—alzó la voz siguiendo con sus ojos la silueta de su hijo saliendo de la cocina, misma que en cuestión de segundos ya se encontraba frente suyo.—¿Mochila?
-Ya. ¿Maleta?— preguntó el niño acomodándose su mochila
-Ya. ¿Almuerzo?—Contraatacó Guillermo, viendo cómo su hijo alzaba su lonchera al frente.
-Listo. ¿Café?
—Apunto de enfriarse.—Tomó el termo que había dejado en una mesa cercana hace unos minutos mientras se alistaba, para simplemente ponerlo dentro de su maleta, ya lo calentaría al llegar al trabajo. Cuando regresó su vista donde se encontraba el pequeño vió que se le había adelantado a la entrada.
—Vamos,Pá! Se nos hace tarde.—Dijo con algo de desespero. Diego no era un niño que le importara la puntualidad, en realidad le emocionaba lo que vendría después de la escuela.
Su papá le había prometido llevarlo al restaurante de los abuelos después de clases. Le encantaba ver la variedad de gente que llegaba, además de dibujarlos y crearles una historia.
Eso era lo que más destacaba en él, su gran imaginación y la forma en la que la expresaba con tanta naturalidad a las personas a su alrededor sin ninguna pena.
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Mi pequeño Versalles || Guillermo Ochoa x Lionel Messi
FanfictionPor los problemas que llega a tener Messi en Argentina es que decide mudarse a México, donde quiere comenzar desde cero, obviamente conservando unas cuantas amistades de su país (Sergio, Dibu, De Paul, Scaloni, Antonella etc.), pero evitando cada ve...