Enséñame a Amarme

2 | Soy Felicia Rivera.

-Bueno bueno-se escucha decir.

Ambos se giraron para ver quien hablaba, era la directora del colegio la señora Fritz una mujer muy elegante de unos 60 años muy alta y delgada de cabello negro grisáceo, peinado en una cola de caballo que le llegaba hasta la cintura.

-Felicia querida gracias por estar aquí, veo que me ahorraste el trabajo de presentarlos.

-No fue mi intención pasar por sobre usted señora directora, es que elshensheng Min me comento que el shensheng Kim no habla mucho español, así que me tome la libertad de darle la bienvenida.

Namjoon giraba de un lado a otro tratando de entender un poco lo que decían las mujeres.

Yoongi ya se encontraba junto a él y a Hoseok, comenzó a hablar en coreano con Namjoon, le señalo a la directora y le explico quién era, que jerarquía tenía en el colegio, este realizo una reverencia en señal de respeto y cuando Yoongi quiso presentarle a Felicia, Namjoon se adelantó tomo la mano de la mujer y dejo un cálido beso en su dorso de la misma en forma de agradecimiento.

Eso creyó Felicia y el resto presentes, pero la realidad era otra, tenerla enfrente como tantas noches había soñado domino su razón y su cuerpo tomo el control, si bien no era una actitud invasiva y aquí podría parecer un acto de caballerosidad cuando toco la piel de Felicia con sus labios la mujer se alejó un poco, pues la piel comenzó a arderle.

-Namjoona ¿뭐하세요?-murmuro Hoseok.

( ¿Qué haces? )

-Disculpe señori...

-Miss Rivera-lo interrumpió-Soy Felicia Rivera, encargada del departamento de literatura inglesa-dice nuevamente en inglés.

-Hechas las presentaciones pertinentes, querida debo decirte que junto al consejo escolar decidimos que seas la intérprete del shensheng Kim, mientras aprende a dominar el español.

El pedido sorprendió a la pelirroja y cuando estuvo a punto de negarse, recordó que los mellizos eran becados en la institución así que bajo su cabeza asintiendo, aunque algo le decía que ese joven no sería bueno para ella.

Namjoon no podía creer en su suerte, en cuestión de minutos paso de dudar de su permanencia en el país a estar a centímetros de la mujer que por meses veía en sueños, además debería pasar tiempo con ella, Felicia, al fin sabia su nombre, el contacto con la piel de la mujer se grabó en sus labios, como el más dulce de los vinos.

Ahora era tiempo de comenzar con su trabajo, su primera clase era con el grupo de los más pequeños.

Al entrar al aula su vista se posó en la pareja de mellizos que estaban sentados en primera fila, miro al niño que con mucha energía movía sus brazos y rapeaba en un lenguaje que al reconocer algunas palabras supo que era un intento de coreano, sintió una conexión instantánea con el pequeño que dejando a un lado lo que tenía pensado y programado comenzó a seguirle el ritmo, a rapear junto a él, de repente el resto de los niños estaban aplaudiendo y riendo fue la mejor forma de debutar como shensheng.