Sonymoon el niño Sol Luna

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La tierra hace muchos años tuvo un día que jamás pudo haber olvidado. En un día soleado la luna llamó al sol desde lo lejano, le quería informar de algo muy inesperado ¡La Luna ya se encontraba en labor de parto!

El sol del impacto elevó sus grados y los nervios acalorados lo mantenían alterado. En todo momento, La serena Luna, entre dolores de su parto, calmaba con suaves palabras enfriadoras a su ansioso amado, bajando esos grados y equilibrando al soleado.

Los minutos pasaron y con ello esperaron, una vez ya lo difícil se ha superado, por fin se anunció al recién llegado. La Luna cansada y agotada sonrió con dulzura al ver que por fin lo habla logrado, el Sol observó con asombro que en aquellos fríos brazos estrellados en donde se encontraba a su hijo amado. ¡Sonymoon ha llegado!

Una media Luna cubría un medio de la cara del Infante, con aquellos huecos que parecían pecas lunares. El resto siendo partes soleadas como el ardiente padre, pero poseía partes frías como su madre. Su brillo excepcional era algo de que hablar y su temperatura era un contraste que jamás se había logrado encontrar, sumado con aquellos ojos de diferente color solo resaltaban más su singular belleza exterior.

 Su brillo excepcional era algo de que hablar y su temperatura era un contraste que jamás se había logrado encontrar, sumado con aquellos ojos de diferente color solo resaltaban más su singular belleza exterior

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Definitivamente, ese día el mundo cambió porque la llegada de Sonymoon era una alteración que al mundo asombró, sin embargo, había algo que todavía causaba furor.

Mientras el niño parecía crecer rápidamente, los padres les comenzó a dar una preocupación inminente. El niño no parecía aportar a lo que ya se había planteado en el planeta terrestre y a los demás restantes, lo que significaba que el niño no aportaba una utilidad y ni siquiera alguna actividad.

Al poco tiempo de vida del infante no parecía una situación alarmante ya que los planetas lo podrían tolerar al ser apenas un niño sin más, pero cuando el joven ejerció mas consciencia allí comenzaron los verdaderos problemas. Poco a poco el niño parecía intuir que algo no cuadraba con él mismo con esos planetas, lo que le causaba una Inseguridad inmensa el ir a visitar a cada planeta o poder pasearse por la tierra.
Los padres, en un intento de animarlo y darle algo en que ocuparlo, le recomendaron charlar con los seres del planeta tierra, con las afirmaciones de que le iría mejor distraerse con algo y hacer amigos durante ese rato. Sonymoon al saber que mucho no haría si no accedía, con cierta emoción de por fin hacer algo, aceptó casi de inmediato.

 Sonymoon al saber que mucho no haría si no accedía, con cierta emoción de por fin hacer algo, aceptó casi de inmediato

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Sonymoon | CUENTO ILUSTRADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora