Sin Retorno

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Sabía perfectamente cuál era su deber al ser el menor y omega de los Todoroki. Pero no significaba que fuera más fácil aceptarlo, al contrario le llenaba de una ansiedad que le apretá el pecho y la garganta.

Touya ya estaba a días de su coronación, no importaba que sea un mal líder y caprichoso que termina arruinando algo para tener todo como le guste. Su padre siempre lo supervisaba sin embargo y no dejaba que ocurrieran tantas desgracias, pero se haría viejo y Touya más fuerte.

Fuyumi simplemente decidió casarse con el príncipe Hawks, que coronarian en un par de semanas, entonces se iba a ir de su castillo y escapar un poco de todo.

Natsuo solo era el comandante de su ejército, impidiendo que Touya ataque a reinos que le desagradaban.

Entonces su madre se puso a buscarle un alfa, no fue difícil pues desde los 16 años Shoto destacó por ser un omega calmado, de expresiones pacíficas y una increíble presencia que dejaba incluso a betas inmovilizados.

El Príncipe Inasa, que vivía a dos días en viaje por tierra y lo había frecuentado antes, no era muy de su agrado pero por lo menos se molesto en aprenderse su nombre y tratar de ser su amigo.

Que le parecía el mejor partidos entre otros nobles que simplemente se le acercaron e intentaron intimidar con sus aromas, afortunadamente su padre era un hombre que poseía tamaño y fuerza enorme que con sólo su presencia lograba que dejaron de hacerlo.

Oh, pero Shoto no quería un noble, Sero era un beta que prácticamente se había criado en el castillo con él, un par de años mayor, ayudándole siempre a cargar cosas y cuidando su puerta, cuidando sus espaldas y su paso siempre. Era un chico tan bueno, tan gracioso y sencillo.

Pero nunca le dijo nada, ni siquiera le hacía una mención de estar juntos. Porque Sero lo miraba como Fuyumi y Natsuo, con cariño y nunca nada más por más que buscaba y buscaba algo más en sus ojos.

Pensaba decirle a sus padres que el hijo mayor de los Inasa sería una buena opción, para él y para su reino. Luego de esta cena, pero parecía que iba a tomar más de la cena esa discusión.

— ¿Y su hijo, Rey Masaru?

El mayor sonrió con amabilidad hacia ellos mientras la reina rodaba los ojos.

—Con su caballo. Lo cuida mucho porque lo tiene desde que era un potro.

—Una esposa es lo que debería conseguir. —Habló fuerte la mujer rubia logrando que Shoto se tensara en su silla. Nunca había escuchado una omega con tanta autoridad. —Princesa Fuyumi ¿Su compromiso sigue en pie?

—Uhm. Si, Keigo y yo estamos prontos a casarnos.

—¿Y por qué vive aún aquí?

Estando a su lado fue consciente de cómo su hermana apretaba la tela de su vestido en sus manos.

—Quiero pasar tiempo con mi familia antes de mudarme. —Sonrió al final.

—Sería una buena esposa para mí reino. —Murmuró, pero lo suficientemente alto para que todos en la mesa escuchen. —Todas las mujeres jóvenes se están casando y mi hijo solo está interesado en... otras cosas.

Shoto podía sentir la mirada de su padre sobre él, pero decidió ignorarlo.

El reino de los Bakugo era lejano, un viaje en barco de casi cinco días y otro por tierra.

—Pero Shoto aún no a escogido pretendiente.

—Touya, cállate. —Lo regaño su madre.

—¿Acaso miento, madre? Ya tiene dieciocho, ya es hora—

A Tu Lado [BKTD] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora