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Rehacer tu vida es algo a lo que algún día, seguramente lejano, te debas enfrentar, pero no es mi caso. No es lo peor que me pueda pasar, pero si es que algo que debería respetar porque puede condicionar mi vida para siempre. Mis padres han decidido no apoyarme en lo que me quiero dedicar en un futuro, por eso, me he ido de casa.

Decidí que si ellos ya tuvieron la decisión de tenerme y no ser buenos padres, yo tengo el derecho de mandarlos a la mierda. No ha sido fácil, siguen siendo mis padres, pero hay cosas que no se pueden pasar de largo.

Soy muy joven, apenas cumplí los 17 años, pero he conseguido ahorrar a base de hacer reportajes cutres con mi cámara en fiestas de relevación de género. Una ventaja de vivir en un país no muy bien desarrollado es que las familias pobres tienen muchos hijos y ahí estoy yo, ofreciéndoles un recuerdo para toda la vida por un módico precio. Literalmente les decía "Podéis tener lo mismo que los ricos, pero mil veces más barato" y caían como moscas. Un saludo a Brayan y a Jennifer, gracias a ellos he podido pagar 2 meses de alquiler.

Me he mudado a Miami. Sí. Me he tirado al fondo de la piscina sin saber nadar, pero bueno, en peores plazas hemos toreado.

Así que aquí estoy, enfrente del Instituto Palmetto, obviamente no estoy sola y hay decenas más de alumnos, la mayoría van en grupo, cosa que no me agrada mucho, ya que pretendía socializar con alguien que estuviese sola como yo. Busco por mis alrededores alguna persona que vaya solo, pero no tengo éxito ninguno.

-Hola.- Escucho una dulce y aguda voz detrás mi, me giro y veo a una chica sonriente de baja estatura.

-Hola.- Elevo mi mano en forma de saludo.

-Te he visto que mirabas mucho a diferentes lados y pensaba que estabas buscando algo.-

-Sí, y no, estaba buscando a una persona que estuviese sola para hablar con ella, es mi primer día y ando muy perdida.- Confesé y para ser sincera, puede sonar un poco vergonzoso.-

-Oww, eres nueva. Pues has encontrado a tu persona solitaria.- Me extiende la mano.- Soy Ally, encantada de conocerte.

-Yo soy ______. Dime Ally, ¿A qué grado vas?

-Por suerte, es mi último año, así que el 12 grado.

-¿En serio? Yo también.- Con un poco de suerte Ally y yo coincidiríamos en algunas clases. Ahora viene el momento incómodo, no sé cómo seguir la conversión, aunque ella no parece estar incómoda.

-¿Qué te parece si te enseño un poco esto y vemos a que grupo nos han asignado? - Me preguntó dando unos pasos hacia adelante mientras me miraba.

-Te lo agradecería mucho.

Ally me estuvo enseñando como funciona este instituto. La primera planta tenía 3 pasillos principales, uno de ciencias, otro de idiomas y otro de matemáticas. En la segunda planta estaban los talleres de música, fotografía, bellas artes, etc. La tercera planta era donde estaban los despachos de los profes y algunas aulas de uso común. Íbamos paseando por un pasillo de la planta baja, camino hacia un tablón donde nos indicaba a qué grupo pertenecíamos y aquel aula tendríamos que ir.

Por el camino, Ally me estuvo contando que no tiene a muchos amigos, solo a 4, pero para ella era más que suficiente. Incluso me preguntó si quería pasar el almuerzo con ellas, pero no le dije si sí o si no, es decir, lo agradezco, pero me da bastante ansiedad el entrar porque sí en un grupo tan grande de amigas que se conocen de mucho tiempo. Simplemente me lo pensaré.

Cuando llegamos al tablero vimos que había mucha gente y decidí que la mejor opción era que Ally se quedase en un sitio alejado y yo me acercase a ver la lista, no es por nada, pero no quiero que me maten a Ally a los 10 minutos de conocerla, es que, realmente es muy pequeña.

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2023 ⏰

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One Shots (Camren y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora