07 Love is a Game

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Lucy caminaba con su amigo a la par, seguía triste y sus ojos estaban muy hinchados, por parte de Pablo solo había palabras para intentar tranquilizarla, ella seguía insistiendo que había quedado como tonta y definitivamente lo había espantado. No entendía el porque de sus emociones, considerando que era un idiota y la había llamado inútil, no debería haberse arrepentido de tirarle café encima. Se lo merecía.

-Pero deja de pensar en eso, enana, el tipo es un tarado, se lo merecía-Sin saber Pablo afirmó sus pensamientos

-Lo se pero aún así no quería quedar como una tonta y quemarlo además

-Mira, vos terminaste con más café en la ropa- dijo con gracia y la freno de golpe- escúchame es un cliente más vos quédate tranquila y si pasa algo sabes que no hay forma que te vayas del café, estás hablando con le hijo del dueño-le guiño el ojo y le dió un toquecito a la nariz de ella con su dedo meñique-Te quiero mucho enanita, no te pongas mal por ese pelotudo

-Gracias mi payasito, perdón que no podamos salir ahora a donde queríamos-Lucy señalo con notable vergüenza su vestido 

-No te preocupes, vamos a mi casa, si queres-Un sonrojo dulce tiño las mejillas de su amigo pablo 

-Me encantaría-Acaricio su hombro con dulzura y lo tomo del brazo para seguir caminando

Al llegar a la casa del ruliento ella dejo su cartera en el sillón y lo ayudo a preparar lo que seria su merienda. Su tarde transcurrió entre mates y risas, hablaba de lo mucho que amaban el clima que estaba haciendo en Madrid, y pablo comentaba cuanto extrañaba las vacaciones veraniegas en Argentina, en las playas y que le encantaría ir devuelta a Pinamar con ella. 

-¿Te acordas-Con carcajadas le pregunto Lucy si se acordaba aquella vez que se había caído de un pequeño médano y sus familias habían pensado que se había fracturado una pierna

-Si! que susto nos diste enana-Con fuertes risas pasaron su tarde hasta que ella tuvo que irse pero como era viernes y los dos mañana tenían el día libre le pareció bien invitarlo a ir a algún parque a desayunar "me encanta la idea flaquita, vamos, te acompaño" le respondió con notable entusiasmo 

El camino fue cómodo aun cuando fue silencioso, ella jugaba con sus vestido manchado como si tuviera 16 años y estuviera en aquellas primeras citas que la ponían nerviosa, solo que estaba vez estaba muy cómoda, menos en sus pensamientos, allí estaba exasperada porque no podía sacar a Lionel de aquel intimo lugar, lo odiaba. No podía disfrutar de la compañía de un buen amigo porque pensaba en ese hombre, alto, con piel canela y mal carácter, atractivo y malhumorado, extrañaba combinación. 

Para sorpresa de ellos dos el destino era raro a veces y el amor era algo tramposo en temas de jugar. Lionel caminaba por las calles de madrid ya de noche al rededor de las 21pm era pintorescas y muy parecidas a las de buenos aires. Escuchaba música con sus auriculares luego de salir de los entrenamiento de la juvenil y paso por edificios hasta que vio a una chica conocida y a un chico un poco mas alto que ella abrazándose para que luego el entrara al edificio con la chica. Para su sorpresa era Lucy '¿Que hace con este tipo y entrando los dos?  su mente le jugo una mala pasada y unos celos corrieron por su cuerpo ¿Qué me importa si se acuesta o no con su compañero? es linda pero no tiene que importarme además la trate cómo el culo', odiaba pensar coas que no debía. Luego de esos segundos de pensamientos extraños recorriendo su cabeza vio salir al chico con un juego de mates y sintió calma, no entendía el porque pero el saber que se despidieron solo con otro abrazo rápido y saber que ella no paso la noche con el le dio una reconfortante sensación. 'Tengo que disculparme al menos' concluyó. Rápidamente cambio su dirección para que el chico mas joven no lo vea y poder seguir su camino a su casa. 

Scaloni [One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora