TENGO QUE IRME

Amor de la infancia

Dos años después.

Últimamente, no había podido dormir.. Pues siempre se me venía a la mente lo que había pasado hace dos años, no había tenido el valor de regresar a la cuidad. En cambio, allí en New York seguía estudiando, había terminado otro libro más.

Me sentía relajada como si estuviese en una burbuja.

Había empezado algo con Antony, lo pensé mucho durante meses. Pero el y las demás tenían razón; era momento de empezar a volver a sentir.

Claro que lo quería, lo quería mucho. Pero...

Hacia tienpo que no me divertía tanto, y a pesar de aún tener un nudo en la boca del estómago. Ellos me hacían olvidar todo.

Estábamos recostados en mi cama, yo sobre el pecho de Antony, ambos estábamos escribiendo, y a su vez haciendo trabajos.

—Si te dieran a eligir un pais para vivir toda tu vida, ¿Donde sería? —me pregunto el, mirándome.

—Creo que me quedaría aquí —lo dije sin mirarlo.

—¿Estas bien? Últimamente estas muy distante.

Me senté dejando la computadora a un lado. Y me acerque a él.

—No es por ti, lo sabes, ¿verdad? —el asintió —. Es solo que se cumplen dos años desde la muerte de... Bueno ya sabes.

El me inclino para dejar un beso en mis labios.

—¿No crees que necesites ir para que ese sentimiento se vaya quitando?

Me quedé pensando en todo el día la pregunta de Antony.

El se fue luego de unos minutos, era de noche y sólo estábamos las chicas y yo sentadas en los sillones.

Hilda se estaba arreglado ya que Luis y Antony iba a venir como casi todos los días.

Mi celular estaba en la mesita que teníamos en medio de los sillones, empezó a sonar. Las tres nos miramos entre sí al ver el nombre de quien me estaba llamando.

Era Zac. Creo que, hasta me puse pálida.

Ana me lanzó el celular y abrió más los ojos.

Trague saliva contestando.

—¿Hola?

—Dan... ¿Eres tu? —su voz estaba cortada, parecía que estaba llorando —...yo...

—Zac, ¿esta alguien contigo? ¿esta Jade?

Sabía que el y jade seguían juntos. El hizo un movimiento brusco, luego de escucho un suspiró.

—Hola —una voz de un chico murmuró —. ¿Eres Danae?

—Si, ¿que pasa?  —me estaba preocupando —. ¿Quien eres tú?

—Soy compañero de Zac de la universidad, estábamos en New York, y Zac de ha puesto mal y.. Y te llamo..

—¿En qué parte estan?

—No se, pero estamos como al quince minutos de una universidad.

Mire a las chicas y pareció que ellas también estaban escuchando.

—Mira ya que donde están —suspiré —, ven a esa universidad, por mensaje te mando la ubicación.

—Si.

Y colgo, le mande en seguida la ubicación.

—¿Que crees que haya pasado? —Ana me pregunto, angustiada.