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— Bien mocoso. Hoy es tu primer día aquí, y debes hacer lo que yo digo. — Dijo Tomura sentado en el sillón, con su hermano de ocho años sentado al lado.
— Onii-Chan, me.. sacaste de clase para.. ¿esto? — Regañó el pecoso. A él le gustaba ir a clase, pero aún estaba emocionado por pasar tiempo con su hermano mayor.
— Sí. Entonces, primero, ve a buscarme la cajetilla de cigarrillos que hay en la mesa. — Mientras esté se sirvió un trago de alcohol, más específico, whisky.
— ¿Que son cigarrillos? — A Tomura le sudó la frente, sabía que si llegaba a corromper a su pequeño hermano, su padre le iba a dar un buen golpe con la escoba.
— Ah.. Son unas cosas malas que nunca debes probar. — El pequeño levantó una ceja.
— ¡Pero Onii-Chan las ocupa! ¡Entonces debe de ser bueno! — Izuku se sentó a su lado con la cajetilla entre sus manitas.
— Debes hacer lo que yo diga. — Agarró uno de sus mofletes. — No lo que yo hago. — Izuku asintió.
— Pero papá dijo que le haga caso a él, y dijo que no debía llevarte a malos hábitos. — Dijo esto y tiró la cajetilla al piso, y la pisó varias veces.
— ¡NOO! — ¡Así no era el plan!
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