Punto y coma ;Yoonmin/editando

Juego.

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--¡Cierra de una puta vez la boca Min! ¡Estoy harto, de esto, de nosotros! ¡Se supone que iba a ser un fin de semana tranquilo! —Jimin pasa la mano retirando los cabellos que caían vagamente por su rostro, se encontraba sudado, al borde del llanto.

--¡Yo vine aquí y estábamos bien hasta que se te ocurrió revisar mi estúpido celular! ¡Eres un maldito acosador de mierda! —Yoongi se encontraba furioso y aturdido, no estaba pensando bien las cosas, solo supo que cuando encontró a Jimin con su celular en las manos y revisando vaya a saber que mierdas, enfureció.

--¡Tal vez si no te llegaran mensajes de esa tipa llamándote mi amor, no tendría que revisar las mierdas que haces ¡--El pelinaranja soltó una risa seca, sin ganas de seguir discutiendo con su novio—Eres un imbécil cínico, no tienes ni una pizca de moral Min Yoongi.

--Tú eres el que no tiene moral, ni respeto, nunca confías en mí. —El rubio hablo en un tono desilusionado, tampoco quería pelear, pero la situación lo rebasaba.

--Al menos dime que eres infiel, tal vez así dolería menos.

--¡Por el amor de Dios Jimin! ¿Te estas escuchando?, ¡ella solo es una amiga, te lo he dicho mil veces!

--¡Entonces ponle límites! ¡Yo soy tu novio!, ¡No ella!, ¡Pon en claro tus prioridades de una puta vez!

--¡¿Cómo quieres que ponga de prioridad a un mocoso infantil que solo busca como joderme?!

Y entonces sucedió, lo que Jimin tanto había evitado, sintió como se rompía, de nuevo, su pecho dolió, sintió como le falto el aire y busco una pared de dónde sostenerse, comenzó a liberar su llanto, uno tan desgarrador que incluso hizo sentir a Yoongi un escalofrío.

--¡Eres un maldito desgraciado! ¡Yo doy todo de mí para ti!, ¡Tú lo tienes todo! Tu siempre ganas en todo...

Yoongi no soportó verlo así, corrió a sostenerlo, le lleno de besos el rostro, unos besos agrios que pretendían ser dulces.

Lo sostuvo, lo recompuso, como siempre hacía, con la única diferencia, de que esta vez, se encontraba arreglando algo que él había dañado, había lastimado a su pequeño.

--Jimin... Minnie, mírame, por favor.

Sus miradas se encontraron, los pulgares del rubio pasaban delicadamente borrando el rastro de humedad, sus ojos podían transmitir todo el amor que se tenían, y odiaban sentirse así, porque si se observaban fijamente, no podrían dejarse nunca, porque se amaban a pesar de todo, y era jodidamente difícil, no puedes odiar a alguien a quien aprecias con tanta intensidad, pero querían decirse lo mucho que se odiaban, sin embargo, no se odiaban entre ellos, se odiaban a sí mismos, y se rompían juntos, todo era tan banalmente absurdo.

--Te amo ¿sí? —Jimin roso su nariz junto a la de Yoongi y sonrió un poco asintiendo, presumiéndose seguro otra vez.

--Tienes que confiar en mí, solo tengo ojos para ti, eres mi chico dramático, mío, solo mío, ¿okey? —Y el menor volvió a asentir con la seguridad en su corazón de que era amado, y de que él también amaba, con la misma intensidad.

Ambos jóvenes iniciaron un beso desenfrenado, aquella casa del pelinaranja había presenciado tantos eventos parecidos a este.

Sus lenguas jugaban sin ningún orden ni cuidado, Jimin mordía débilmente los otros labios y Yoongi se concentraba en apretar su cintura, apresándolo entre sus dedos como si de arena corriendo se tratara.

El menor retenía los jadeos a duras penas y buscaba el calor del contacto con su chico.

Yoongi lo apreso y cargo hasta dejarlo sobre la cama, y ahí, en medio de la oscuridad de la noche, con el resplandor de la luna, con Jimin con su rostro hinchado por el anterior llanto y los labios abultados por la lujuria de ambos, se permitió adorarlo, era la persona que más amaba en el planeta, no podría comparar lo que sentía con nada, su corazón golpeteaba duro, como si lo estuviera apurando a fundirse en uno con el dueño de su persona, porque sí, el también le pertenecía a Jimin, y siempre sería así.