011

2 0 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El padre de Yoongi caminaba de un lado a otro en su oficina, desde hace unos minutos que estaba interrogando a Jungkook

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El padre de Yoongi caminaba de un lado a otro en su oficina, desde hace unos minutos que estaba interrogando a Jungkook.
Cuando llegaron de casa de Hoseok, el menor aún tenía restos de brillos que sus amigos no habían podido sacarle y esto fue la excusa necesaria para empezar a discutir con sus hijos.

—¿No pensas decirme por qué estás así? —volvió a hablar mirando con una cara de asco a su hijo.

—¿Así cómo? —preguntó jungkook burlón— ¿Así de lindo? No sé, lo heredé de mamá.

Yoongi miró con pánico a su hermano, temía que su padre reaccionara mal en cualquier momento.

—Jungkook.

—Son las 7 de la mañana, estoy cansado —respondió en cambio, como si la mirada de su padre no lo congelara—. Hablamos mañana, si es que todavía estás acá. 

Y si más se fue de la habitación con su padre furioso siendo detenido por Yoongi.

—Déjalo —habló—, estuvo a un lugar donde habían brillos y seguramente se le pegaron.

—Me importa una mierda, los brillos son de mujeres y de maricones —la paciencia de Yoongi se estaba acabando—. Seguramente estuvo en un lugar lleno de esos enfermos.

—Es joven todavía —se abstuvo a decir lo que realmente pensaba.

—No tendría que haberle hecho caso a tu madre y lo hubiera mandado a ese internado desde que era pequeño y jugó con esa barbie de tu prima.

Yoongi suspiró y dejó de escuchar a su padre y todos esos comentarios que solo lograban que yoongi se encierre más en si mismo, que lograban que sus hijos se alejen más de él, que juzgaban de forma tan libre una forma de amar como si no fomentara el odio y acoso con cada basura que salía de su boca.

—Yoongi, ¿me estás escuchando?

No. No quiero escucharte.

—Si, ¿Qué decías?

Su padre lo miró como si estuviese cansado de él y se sentó detrás del escritorio.

—Como supiste, esta marcha no atacamos —yoongi asintió con un tanto de incomodidad—, estamos planeando todo para la próxima marcha que será en unos meses.

Extraordinario au yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora