Capítulo VII

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— ¿Segura que estamos a salvo de cualquier interferencia aquí?

— Me ofende que dudes de mi. ¿Crees que no tome las precauciones necesarias?

— No lo dudo. Solo que no es un white room me es difícil comprobar la seguridad.

— No te preocupes. Ya tiene la protección necesaria. No es un trabajo difícil.

— Por eso lograste obtener la casa afuera de la ciudad, indagó.

— ¿Viniste a cuestionar mis métodos?

— Ay, Brissa. ¿Ni conmigo dejas tus formalidades?

— Sabes que me gusta hacer bien mi trabajo.

— Bien, bien. Lo dejaré pasar.

— ¿A qué viniste, Cris?

Informático estelar de la organización. Trabajo con él desde años y es una de las mentes más brillantes que conozco. Un gran compañero, he de admitir. Si no fuera porque programar no es lo que se diría mío, estoy segura que él y yo competiríamos todo el tiempo, habría sido imposible ser cercanos con nuestro intelecto y mi personalidad competitiva.

— Primero que nada. Deja de espantar a esos dos muchachos. Sabes que no puedes interferir en sus relaciones interpersonales.

— Ya veo, viniste a llamarme la atención.

— Brissa, sí ellos desconfían de ti, puede que Estrella se deje influenciar con el tiempo.

— Solo les hice una pequeña broma.

— ¿Hablas de la carta que interceptamos?

— ¡¿Ustedes qué?! —alcé la voz.

— "Los espías merecen su propia medicina" es lo que decía la carta con recortes de revista.

— ...

— Así que no te basto con amenazarlos con "Se las verán conmigo si siguen haciendo monerías como esas a Estrella" segundos después de que Estrella bajará las escaleras. Los hiciste temblar. Ese chico Richard tuvo que decirles que estabas jugando.

— Ja, ja. ¿En serio temblaron?

— Brissa. —su semblante serio es algo que podría considerarse una anomalía y sin embargo ahora lo estoy presenciando.

— Bien. Lo entiendo. Me controlo.

— Segundo punto de hoy. —hizo una pausa. Desde que lo conozco es fan del suspenso— Hubo actividad cercana al primer sector.

— ¿Actividad? -pregunté asombrada.

— Esta madrugada se lograron fotografiar sombras saliendo del lugar. No hay actividad sobre ataques o deceso despoblación cerca del lugar, parece que han estado migrando, lo que nos hace sospechar que se dirigen hacía acá.

— ¿Hacía ella?

— Así es. Por eso tienes que estar alerta, para protegerla, solo recuerda que

— Ella no se tiene que enterar. Lo entiendo.

— Sí. Hay que intentar que todo siga normal. Aunque tu repentina aparición hace que las cosas anden ...revueltas...

— Tenía que hacerlo. Por cosas como éstas, ahora puedo trabajar de cerca sin levantar sospechas.

— Lo entiendo, créeme.

— Pero el departamento sigue dudando, ¿no es así?

— Ellos no te conocen como yo. —hubo silencio de su parte. Ya no quería decir nada más. Ellos siguen dudando— ... Te dejaré la información en la tableta, por si quieres revisarla con más detalle. —finalizó levantándose del lugar.

Estrella y su melancolía [Re-edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora