Siempre para ti [#STQAT 2]

Capítulo 15

Boomer

La observo ir de una mesa a la otra. Anota los pedidos de un grupo de chicos y luego vuelve a la cocina para dejar el papel recien escrito. Busca unos vasos, los llena con gaseosa hasta el tope. Toma unos sorbetes y luego vuelve a la mesa. Les sonríe y deja los vasos junto con los sorbetes. La mesa sigue charlando mientras tanto. Se dirige de nuevo a la cocina, toma unas hamburguesas y las deja en otro sitio. Acelera el paso cuando ve unos cuantos clientes en la cafetería, se pone a la disposición de su compañera. Está trabajando horas extras. Me había dicho que quería tomar unos días para las fiestas patronales de su ciudad. Estuvo trabajando los sábados jornada laboral completa e incluso los domingos, días que no trabaja para nada. Como tuvo un buen desempeño en los exámenes, también ha podido venir más horas en la semana. Realmente tiene ganas de ir a su hogar para esas fechas. Me gustaría acompañarla.

—Ey macho, —me llama la atención mi amigo. Desvío la mirada hacia él. Magnus tiene una ceja alzada. Sus expresiones son demasiado explícitas. Se pueden interpretar sus miradas fácilmente. —ya puedes dejar de mirarla. —frunzo el ceño.

—¿Ahora te incómoda que mire a otras camareras mientras me atiendes tú? —chista ante mi pregunta.

—Sí, y más cuando se trata de mi compañera de carrera. —me mira y luego a Burbuja. —Además la miras cómo si estuvieras enamorado cuando lo estás de Sophie...

—Sh, no hables tan fuerte. —le regaño. —Ahora te quejas pero fue tú idea. —menciono incómodo por como esta tornándose la conversación.

—¡Sí pero tú la elegiste a ella! —me reprocha. Tus afirmaciones solo me molestan más y más. Es frustrante, muy.

—¿Sabes qué? Tú eres mucho peor que yo... —concluyo molesto por toda esta situación que logré. —Eres su amigo y no le has dicho nada al respecto. —frunce el ceño. Me mira molesto, más que eso. Puedo ver la furia en su interior.

—Y sabes lo peor de todo, lo estoy haciendo por ti, por nuestra amistad de años. —su tono ansioso me pone los pelos de punta. Nunca nos hemos peleado y menos por una chica. —Maldita sea aquella vez que te di ese consejo y maldita sea la vez que obtaste en seguirlo. —se aleja luego de aquel comentario. Va con John, el cocinero, retira una orden y la deja en una mesa. Joder también tiene razón eso. Me duele. Todo esto me duele más de lo que me gustaría. Ojalá pudiese volver al pasado y hacer las cosas cómo debería. Tal vez de esa forma toda esta culpabilidad desvanecería. Vuelvo mi mirada en aquella rubia simpática. No tenía planeado sentir este cariño. Cada momento que pasé con ella me sentí en paz, libre. Una persona que conozco de hace un mes me provoca tales sentimientos es... surrealista.

—¿Todo bien con Magnus? —me pregunta, notoriamente preocupada. Asiento, ocultando la mentira lo mejor que puedo. Apoya su mano sobre la mía. Esta fría y húmeda. La miro a los ojos y siento cómo parte de mi alma se parte. ¿Por qué soy así de cruel con ella? No lo merece. —Puedes contar conmigo para lo que sea ¿si? —vuelvo a asentir. Este chica es un ángel. —Magnus no es de hablar mucho de ti, pero sea lo que haya pasado se arreglarán.

—¿Cómo estás tan segura? —me animo a consultarle. Alza las cejas y me observa con cariño. Sus comisuras se extienden.

—Las amistades más antiguas son las que más rápido resuelven sus problemas. —me anima, observando a Magnus.

—¿Lo dices por experiencia propia? —cuestiono. Su mandíbula se tensa y evade mi mirada.

—Digamos que algo así. —contesta desganada y con intensiones de desviar la conversación. —Se arreglarán, yo sé que sí.