Parte 13

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Mi boca no alcanzó a darle respuesta cuando me gira sobre la cama dejándome ver su rostro sudado, perfecto y lujurioso. Me sonríe maliciosamente y lo veo sacar de su mesita de noche un aparato que no conocía hasta que lo acerca completamente a mi. Me mira con ojos decididos, mostrando un juguete sexual vibrador de color plata, sonríe otra vez y trago saliva de la impresión. Muerde su labio, riendo sensualmente hasta que comienza su erótico repertorio. Introduce el juguete en mi sexo de manera brusca, consiguiendo que lance un quejido de dolor, se acerca y vuelve a hacerme sexo oral mientras el vibrador entra y sale de mi. ¡Maldita sea!. La sensación me sobresalta. Sin poder resistir un minuto más esa deliciosa tortura, mi cuerpo estalla en mil pedazos y pude observar cómo lentamente se le dibuja en el rostro una sonrisa perversa. ¿Eso querías?, pensaba mientras ya no podía más de cansancio y éxtasis.

Me reincorporo en la cama, algo inestable aun y aturdida, cuando veo a Jimin escabullirse de la habitación y desaparecer. Esta vez necesito una ducha.

Vuelve a la habitación después de unos minutos, envuelto en una bata color rojo y su teléfono celular en las manos. No puede ser...

- Ya llame al taxi para que puedas irte - Dice distraído mientras usaba su celular.

- Esto debe ser una maldita broma Jimin - Le contesto mientras rio nerviosa.

- ¿Por qué tendría que ser una broma? - Se encoge de hombros, tornando su tono de voz a serio.- Tienes que irte. Solo viniste a recoger tu reloj.

- Sí, vine a recoger mi reloj - Mis palabras salían como lanzas - Pero me sedujiste para tener sexo. - ¿Pretendes hacerme lo mismo que la vez anterior?

- Espera... - Comienza a reír hasta que continúa con tono jocoso - Si sabias en que terminaría todo esto, ¿por qué te sorprendes tanto?, no eres muy inteligente al parecer y no me extraña, las mujeres no lo son regularmente. -  Maldito...

- ¿Quién te crees que eres? - Estaba furiosa - Si tanto deseas tener sexo, ¿por qué no pagas por él?

- No quiero seguir perdiendo mi tiempo contigo - Sentenció dándose la vuelta y abriendo la puerta principal.

- ¿Sabias que eres un infeliz? - Le dije con mis ojos llenos de odio.

- Puede ser... - Se mira en el espejo que estaba sobre el arrimo - Pero soy el infeliz que te ha dado el mejor sexo has tenido y tendrás en tu vida, cariño. - Su mirada me fulmina con una sonrisa burlona.

- Hijo de pu...- Respondía cuando me interrumpió.

- ¡Llegó el taxi! - Me jala de un brazo de manera violenta y me tira a la calle - Tu reloj lo dejé en el bolsillo de tu pantalón.

Deseo PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora