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1992 ᴘᴀʟᴀʙʀᴀs

ᴘᴜᴇᴅᴇɴ ᴇsᴄᴜᴄʜᴀʀ ʟᴀ ᴄᴀɴᴄɪᴏ́ɴ ᴍɪᴇɴᴛʀᴀs ʟᴇᴇɴ ᴇʟ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ!

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Los técnicos les informaron a los detectives que el chico que está al otro lado del cristal no ha dicho ni una sola palabra desde que llegó. Al principio no les sorprende, tomando en cuenta todos los posibles horrores por los que ha pasado, pero al contemplarlo desde el otro lado del falso espejo, comienzan a cuestionarselo. Aquel chico está desplomado sobre una silla de metal, con la barbilla apoyada en una de sus manos, mientras que con la otra traza líneas sin sentido en la superficie de acero inoxidable de la mesa. Sus peculiares ojos recorren toda la habitación, mientras tiene el ceño fruncido, visiblemente nervioso; su corto cabello negro está un poco desordenado, tiene un par de orejas puntiagudas pero estas están plegadas y la inusual cola semejante a la de un zorro se encuentra enroscada alrededor de su cintura, es evidente que está asustado y desconfiado con su entorno.

Pero no dirían que está traumatizado, o al menos, no como las niñas que vinieron con él.

Mientras aquel agente le daba un trago a su café, el agente especial del FBI Alhaitham , observa al chico a través de aquella vitrina de cristal y esperando a que llegue su compañero; Heizou Shikanoin. Otros agentes y técnicos están en la propiedad, y lo poco que ha sabido de ellos despertó en su interior el deseo de llamar a sus propias hijas para asegurarse de que están bien. Alhaitham no es un experto en tratar con niños, sobre todo los que están por así decirlo "traumatizados", pero siempre dio su mejor esfuerzo para tratar de actuar lo más suave posible con ellos, y este caso no será la excepción, así que lo mejor es que siga aquí, esperando para entrar y hablar específicamente con esta víctima.

A diferencia de las otras víctimas, que tuvieron que llevarlas al hospital por la pésima salud que estas tenían, además de que el rostro de algunas tenían machas de mugre y hollín así como la ropa que les han prestado. Este chico era diferente, no estaba tan mal como sus compañeras, pero no podría decir que estaba en perfectas condiciones con su alrededor. El chico vestido con los pantalones de cirugía verdes tiembla y mantiene los pies encogidos para no tocar el frío suelo, pero no se queja en ningún momento.

Alhaitham ni siquiera sabe su nombre.

Aún no conoce los nombres de la mayoría de las jóvenes a las que lograron rescataron ni de aquellas que no alcanzaron a salvar. Aquel chico sólo ha hablado con las demás, e incluso en esa plática no se mencionaron nombres ni ninguna otra información, sólo palabras de aliento de parte del híbrido intentando calmar el lloriqueo de las jovencitas.

El joven se reacomodó en la silla y extiende los brazos sobre su cabeza con lentitud hasta que su espalda se curva como la cuerda de un arco. Los micrófonos captan el doloroso crujido de una vértebra. El chico niega con la cabeza y se deja caer sobre la mesa, apoyando su mejilla contra el frío metal de la mesa y coloca las palmas contra la superficie. Está de espaldas al espejo, dándole la espalda a Alhaitam y a los demás que deben de estar ahí, pero el ángulo ofrece otro detalle de interés: las líneas.

El jardín de las mariposas - Genshin Impact AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora