¿Lo oyes?

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la locura como tal creo no es algo que venga con algún gen... o defecto de nacimiento, es, pequeños pasos que tiene o lo empujan a dar, en mi caso, la verdad no sabría decir si estoy completamente loco, no hasta que entierre ese cuerpo que está en el ático.

¿Razones? supongo que quien lee esto se dirá, ok ¿porque? bueno digamos que la desaparición de mi compañero de cuarto no fue un accidente, antes que me juzguen déjenme explicar porque... acompáñenme a dar está pequeña confesión, saben... mi orgullo es demasiado grande, pero más allá soy humano, y creo necesito en el fondo que alguien entienda, y si se puede que eviten dar los pasos que yo di.

Si yo salí en algunos artículos de periódicos, por suerte y por la falta de sensibilidad actual ante estos temas hicieron que no se diera tanto eco, se me libero por falta de pruebas, pero sigo siendo el principal sospechoso... que estén sobre mi vigilando la verdad me tiene sin cuidado.

Eran momentos difíciles, lamentablemente no podía seguirme costeando un piso en el centro de la ciudad, así que tuve que buscar... opciones más accesibles, de eso hablamos hace dos años, si lo encontré era la cuarta parte de lo que pagaba anteriormente... era compartido obvio, pero aún así tenía todas las comodidades posible de una ducha, la cocina y siendo el último piso, disponibilidad del ático cómo despensa; obvio señores yo también dije que debería haber truco, así que me puse a indagar.

Trate de hablar con un o una vecina de esas que le gusta estar "al día" con asuntos del barrio, justo en mi vuelta por la plazuela vi un par sentados en una banqueta, me acerque a ellos con la excusa de estar confundido y no saber de dónde tomar movilidad para ir al centro de la ciudad... ya con el clásico "y usted ¿qué hace por estos lares joven?" empezó mi trajín... les comenté sobre lo de arrendar algún cuarto, aunque alejado pero económico y este lugar suplía eso, "debe ser la de doña Adela" se dijeron fingiendo hablar en voz baja, ¿saben de algún lugar? les pregunté, a lo que me dijeron que a 4 cuadras se encontraba lo que buscaba "claro si es que le gusta vivir con un fantasma" rio el señor a lo que la señora reprendió haciendo la señal de la cruz, -¿pasa algo? porque justo fui a preguntar ahí, y creo es mi mejor opción de momento- les comenté, acto seguido la señora me hizo una seña para acercarme bajando el tono de su voz, "hace unos meses desapareció uno de sus inquilinos, esa vieja no le dirá nada, y si sabe algo le va a tirar la de - yo llamé a la policía para que lo desalojen ya que me debía meses de renta-" a lo que el anciano se asomo y acotó " pero nosotros conocíamos a ese joven y no tenía deudas con nadie" se miraron ambos y el viejo sentenció " esa vieja con tal de ganar dinero vendería hasta su alma si supiera como".

le di muchas vueltas al asunto, hasta busque en periódicos pasados sobre lo comentado, no encontraba nada y la verdad el reloj me estaba pisando los talones, además no tenía que ser la gran maravilla, había tomado mi decisión de volver a mi país natal, pero hasta hacer los trámites y alcanzar el dinero para el trajín tenía que hacer al menos tres meses... busque por una semana más (que fue el tiempo límite que me dieron en el anterior arriendo para mudarme) mas no encontré ninguna otra opción. tampoco me confundan antes de hacerme el cambio obvio fui a hablar con la dueña... lo más que pedí más allá de una rebaja del precio, fue que me diera garantías sobre mi nuevo compañero; sorprendentemente lo hizo de hecho hasta por escrito, pues según ella "podía poner las manos en el fuego por el"... Dos cosas acá, una es que en verdad tenían razón los de la plaza, está señora hasta vendería su alma por dinero… en fin lo segundo es que no quería seguir charlando con ella, tenía una voz muy aguda y chillona, el porte y pinta típica de como dirían mis abuelos “vieja bruja”.
Me instalé en cuanto terminamos de firmar los papeles, tampoco tengo mucho así que no fue problema, no veía mucho al compañero de piso, yo salía a eso de las 8 de la mañana y supongo el lo hacía después, yo volvía para comer más el no, cuando llegaba por lo general el ya estaba en su cuarto, serían entre las 7 u 8 de la noche. Me picaba muy a menudo tratar de hablar con el, más que nada por el morbo supongo, de saber que pasó con el anterior inquilino. Llevamos así por un mes, hasta que una noche escuché golpes en su cuarto… la primera vez creí que había traído a una amiga y pues disfrutando de sus años soltero, en vista de ello puse los auriculares, luego de unas horas caí en la cuenta de que se me quitaron los auriculares pero el ruido ya había cesado.
Luego de ese pequeño incidente todo iba bien… tan bien de hecho que ni me di cuenta habían pasado los tres meses, el papeleo aún no lo había terminado para salir del país, pero el dinero… ufff me puse a hacer cálculos y tenía el doble de lo que necesitaba, aparte me habían estado haciendo pedidos extras sobre la mercancía en la tienda, entonces tome la decisión por codicia que marcaría todo… suspendí el trámite, hablé con mi familia; supongo tratando de demostrar que no me había equivocado en mi decisión de venir a esta ciudad, podía generar dinero y con eso les cerraría la boca.
Hable con doña Adela la que arrienda el lugar, aunque por obvias razones ahora me subió el costo un 10 por ciento (según ella porque había otro que quería entrar) acepte, ya que de nuevo… estaba generando más ingresos y poco importaba 30 pesos extra. Aunque al parecer mi vecino tenía la costumbre de traer a una chica cada mes ahora, no le tome más importancia y seguí con lo mío, pero de nuevo una charla casual que tuve mientras iba a la tienda de despensa antes de llegar a casa, me cambio todo… me tope nuevamente con la pareja de cotorros, los saludé y me reconocieron; dijeron que a la final si me decidí por este lugar… charlamos un rato, pero, al mencionar casualmente que a pesar de sus paranoias el compañero de piso era normal Salvo porque le gustaba mucho llevar chicas a su cuarto, a lo que ellos en corto dijeron que no vieron entrar a nadie extraño a parte de los inquilinos, uno de ellos es más dijo que vivía al frente que hasta sabía a qué hora me iba y volvía. Las noches fueron un tanto complicadas después de eso, me mataba mas la curiosidad sobre el sujeto, pero como todo, cuando crees que las cosas van algo mal, no olvides que pueden ir peor.
6 meses habían pasado era viernes lo recuerdo bien junio, llegaba cansado, las ventas estaban mantenidas aunque ya no hacían pedido de envíos, las aventuras de mi “amigo” se habían incrementado pasando de una vez por mes a una vez por semana. Justo le tocaba hoy, escuché gemidos ahogados y golpes… cuando el ruido de vidrio quebrado y un grito ahogado me devolvieron a mi duda… ¿Qué demonios  hacia? Toque la puerta nadie respondía, seguía esos ruidos hasta que al ver que no tenía seguro la puerta entre… no había nadie, solo el en una esquina de rodillas llorando con la mirada en blanco, me acerque preguntando si estaba bien (aunque era obvio que no) todo el cuarto estaba hecho un desastre, le toque el hombro, salió del trance; hey ¿estás bien? Volví a preguntar aunque dentro de mi decía que corriera que no era normal, paso por mi mente lo que dijeron en la plaza, que en verdad no había chicas; entonces ¿Qué hacía? Muchas cosas pasaron por mi cabeza, pero… pero solo me quedé mi lado empático me gano, empezó a llorar y me abrazo hablo cortado me dijo que lo sentía que no quería molestarme, estaba solo que no había nadie a quien contarle todo lo que pasaba… mi curiosidad de nuevo me gano a las ganas de correr, lo calme lo más que pude al poco rato se durmió. En el lapso que tendría con la culpa de estar de fisgón revise el cuarto, encontré una grabadora escuché un fragmento y supe que las demás cintas tiradas eran de el… tuve que romper una para disimular su desaparición, la dejé tirada junto a la grabadora.
Por más extraño que parezca los siguientes días fueron de lo más normal, es como si estuviera viviendo con otra persona, vino a mi cuarto la mañana del mismo día a disculparse que se había pasado de copas y al parecer había hecho desastre entero, que seguramente el ruido me habría incomodado, cómo era día del peatón, no había ninguna actividad… la pasamos charlando, al final me animé por preguntar que pasó con el anterior inquilino, calmadamente me comentó que no lo sabía… hace más de un año un día de lluvia el había salido a dar un paseo, llovió mucho ese, lo encontraron muerto cerca al siguiente condado arrastrado por la corriente (al parecer se había salido de la ruta y había caído al caudal) lo encontraron luego de dos semanas… más allá de tener las manos limpias según el, le tenía gran cariño, cuando se enteró fue el quien fue a darle la noticia a sus familiares ¿Y la policía? Pregunté… miro hacia la ventana y con tono burlón dijo “¿crees que a ellos le importa?” era una ciudad grande y ciertamente al estar apartado… poco o nada les importa, siempre que reciban su “salario”.
No escuché las cintas en ese momento por si se preguntan… de hecho paso un año, de lo más calmado posible; había decidido dejar ese cuarto, tenía ya suficiente dinero… encontré uno cerca al centro, era el doble de este pero diablos me lo había ganado o ¿no? Ya era hora de mejorar mi vida, le comenté lo del cambio a doña Adela, la cual con una sonrisa mal fingida me dijo que me deseaba la mejor de las suertes… pero empezó la época de lluvias y con ello el negocio empezó a decaer, los envíos no podían llevarse a cabo por las tormentas sumados a las carreteras mojadas, no llegaban a tiempo, por lo que, tenía más tiempo en casa… una mañana al salir, vi un charco grande frente a la puerta… ¿porque lo mencionó? Porque junto al hecho que no desaparecía aunque soleara ese día, siempre que pasaba por ahí sentía que escuchaba algo detrás de mí, alguien que se reía… se burlaba, esto empeoró con los días, afecto hasta el trabajo, a uno de mis contratistas le grite solo por pensar que estaba hablando entre dientes cuando le di una orden. Mi querido compañero de piso igual parecía estar pasando por algo similar, el lo sobrellevó al parecer con mujeres, la primera semana no dije nada… pero la segunda ya que teníamos confianza fui a hablar con el, calmadamente le dije que en lo posible sus citas podría hacerlas más callado, a lo que el respondió que no había traído a nadie, ni tenía novia… me miro raro y sugiero que debería ver a un médico; estaba diciendo que mentía? Que me lo estaba inventando… el era el tipo sospechoso de una muerte, no yo.
Como siempre… la cosa cuando va mal, puede ir peor; ahora escuchaba a mis espaldas a él… cada vez entre dientes diciendo que debería ver a un médico, o psiquiatra… ya no podía dormir bien, hasta que recordé las cintas… ahí estarían las respuestas ahí demostraría que yo estaba bien, el loco era el… se lo iban a llevar hasta a la cárcel seguramente, eran 5 bueno 6 pero yo había roto la otra… no escuché nada… solo algo de estática y llanto la primera vez, revise una, dos, tres, y cada vez que lo escuchaba se oía cada vez más claro mi nombre; me estaba volviendo loco? Deje la última cinta para el día siguiente… el trabajo fue horrible, se avecinaba una tormenta, y con ello me cancelaron el envío, dinero que necesitaba para cancelar y asegurar el piso que iba a rentar… quería pedir un préstamo pero me llamaron para decirme que ya habían arrendado el mismo, le dije que aún faltaba el plazo para que le termine de cancelar el dinero, pero me dijo que no alguien ya tenía el dinero en mano, acaso me habían dicho pobre? De camino a casa empezó a llover horrible esa tarde, no paraba de oír risas de todos… cansado de todo esto, escuché la última cinta decidido a llamar a la policía, debían llevarse a ese asesino… el era quien estaba arruinando todo, cuando empezó a llover fue el quien empezó a tener comportamiento raro fue el quien, me metió esa idea en la cabeza… cuando puse la cinta estalle… solo escuchaba la risa de el susurrando a ratos “lo escuchas verdad? Ahora tu estás enfermo, ahora tu estás enfermo… lo escuchas… lo escuchas”.
La lluvia golpeaba con más fuerza, tan terrible que sentía que había una gotera en el ático… tocaron la puerta, y era el, ese desgraciado, disimulé que no pasaba nada abrí la puerta, me dijo “también lo oyes verdad?” Lo tome del cuello en cuanto iba a señalar al techo, el ruido de la ahora tormenta se ahogaba sus quejidos, ya no escucharía más esa estúpida voz detrás de mí, ya no había charco afuera ya no tendría porque verlo.
Cuando dejo de moverse… volví en mi, me había vuelto loco, había una lágrima en su mejilla y recordé dentro mi cabeza su último intento de palabra “pe-perdo-n” empecé a llorar junto a ese cuerpo inerte, busque las cintas otra vez, las escuche… y solo podía escuchar llanto, llanto y unos susurros que decían “perdón, nunca quise esto, pero me aleje tanto de mi realidad, y confundí todo que eche la culpa a los demás, perdón por el que escuche esto… porque seguro el hará lo mismo” aterrado por la idea de ir a la cárcel y sabiendo que en verdad era solo yo el responsable… mutile su cuerpo, lo puse en bolsas y las subí al ático, luego tome su ropa, me la puse para dar una “vuelta” cerca del río…  a todo esto tome también su billetera, lo puse en un bolsillo, ya en las afueras lo tire al caudal junto a su ropa, encontrarían eso y seguro luego buscarían el cadáver creyendo que se lanzó o cayó durante la tormenta.
A lo que me lleva a este día… ¿Cuando paso eso? Hace dos semanas y un poco mas… ya deducen lo que pasó, encontraron el carnet vinieron acá, me hicieron preguntas… quisieron entrar pero bueno, solo lo harían con una orden, aunque nada de eso servirá pues hoy, se avecina una tormenta como ese día y hoy terminaré de lanzar el cuerpo al río… lo curioso saben, es que ahora… escribiendo todo esto me doy cuenta a qué se refería con “el hará lo mismo” entendí que el había hecho lo mismo, para que no lo inculpen. Cabe decir entonces que está confesión es similar a su intento por quitarse el peso de encima, hice lo mismo que el, pues con esta también espero que vean los límites de la locura de uno, solo hace falta un mal día para que tus más oscuros pensamientos cobren vida, aunque no importa ¿No? Porque yo sé que lo haz escuchado pero no lo admites, se que oíste esas risas detrás tuyo.

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