Parte 18

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Siempre consideré a Yeong un caballero. Nuestra separación nunca fue en malos términos, siempre nos apoyamos mucho y yo deseaba que el terminara sus estudios para convertirse en un pintor extraordinario. En la cafetería, hablamos de todo lo que nos había pasado en estos dos años, el contándome que luego de terminar sus estudios abrió una galería de arte y le había ido bastante bien, pero que luego de conseguir el éxito, sentía que necesitaba una compañera a su lado con quien compartir cada momento. Por mi parte le conté que estaba trabajando en la consulta con el doctor Ki y que seguía frecuentando algunos lugares donde íbamos juntos. La química entre nosotros siempre fue instantánea. Él era el único hombre a quien yo había amado de verdad y después de su partida, no había vuelto a estar con otro hombre. bueno, eso hasta que conocí a Jimin. Ese día se removieron muchos sentimientos entre nosotros y comenzamos a salir como antes.

Pasaron las semanas, entre mi trabajo, mis amigas, mis pensamientos dispersos por Jimin y por supuesto, Yeong. No volví a recibir un mensaje de texto de Jimin, tampoco me lo topé en ningún bar que frecuenté con Yeong y sentía que por fin estaba dandole el rumbo que correspondía a mi vida. Logré ayudar a las chicas que me visitaron muy a menudo para poder salir de las tretas perversas de este chico y consiguieran alejarse por un tiempo. Investigue por mucho tiempo sobre su comportamiento para poder entenderlo, pero siempre llevé a la misma conclusión, Jimin estaba obsesionado por el sexo pero seguía sin comprender porqué tenia que dañar a otras mujeres para conseguirlo. Cuando estaba cerrando mi consulta, mi teléfono celular suena.

Apareciste.

" Elegiste bien después de todo. Eres más sensata que las demás chicas. Eso me excita. Un taxi pasará buscarte a las 22 horas a tu departamento. Será un placer volver a verte"

¿De qué mierda estas hablando? . Definitivamente creo que tiene grandes problemas de ego. Su mensaje me pareció muy gracioso y la verdad, no podía parar de reír. Su seguridad me impresionaba. Enviaba un mensaje coordinando hora para que un auto me recogiera, sin siquiera tomar mi parecer, como si estuviese seguro que no lo rechazaría. Já.

Llego a mi departamento y no puedo dejar de mirar el reloj que tenia en la cocina. 21.30, pensaba, ¿Y qué rayos importa la hora?. Argh! 

Por alguna razón inexplicable, comencé a dar vueltas por mi sala, mis pensamientos dispersos no me dejaban en paz y estaba peleando con mi mente una y otra vez. ¿Por qué sigues pensando si vas a no? ¿Acaso ya no había quedado claro? ¿No te bastó con dos veces Carolina? Hice sonar mi cuello en reiteradas ocasiones tratando de mantener la calma pero algo empezó a aflorar desde mi interior y el interruptor que se encontraba en mi vientre se había encendido, llenándome de ira y deseo. No puedes hacerte esto Carolina, Me reprendía. Pero sí quería. Por alguna jodida razón quería volver a tener sexo con Jimin. Debo estar loca, Me repetía una y otra vez. 

Deseo PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora