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Cuando Dante abrió los ojos, se dió cuenta rápidamente de que no se encontraba en su habitación, se sentó y pegó un brinco cuando miró a Prince dormido en su cama.

—diablos...—se acercó a él dispuesto a despertarlo para poder comenzar con su asesoría, pero su teléfono se encendió avisándole de una notificación, alcanzó a ver la hora, era demasiado tarde ya, Emma lo mataría si no llegaba a tiempo.

Decidió olvidar la asesoría por el momento, se levantó para rejuntar sus cosas, tomó su celular y le envió un mensaje a Emma avisándole que estaba por llegar... una pequeña mentirilla que no le haría daño a nadie.

Se colgó su mochila y volvió a mirar a Prince, una sonrisa de pintó en sus labios, se veía adorable durmiendo, se acercó a él y lo movió tratando de acomodarlo más cómodamente, le quitó los tenis, desdobló una manta que se encontraba bien acomodada en la orilla de la cama, y lo tapó. Sus ojos no pudieron evitar centrarse en el rostro de Prince, apartó cuidadosamente con su mano algunos cabellos rebeldes que osaban colocarse sobre el rostro del rubio, su mirada atrapó la hermosa vista de sus labios, Dios, cuánto deseaba poder besarlos, solo un poquito, era lo único que quería.

Con su mano acarició suavemente la mejilla tersa del rubio, sonrió y la apartó colocándose de pie.

—adiós principito, descansa.—susurro antes de salir de la habitación apagando la luz.

Bajó las escaleras encontrándose a Alice, quien le sonrió.

—joven Dante, ¿necesita algo?

—oh no, estoy bien, ya es hora de irme, Prince se quedó dormido.

—oh, está bien, regrese pronto.

Dante le agradeció y se dirigió a su casa.

[📸]

—¡chicos! ¡Tengo trabajo! ¡Por fin!—Prince entró al salón días después gritando emocionado.

Una cafetería/librería a la que acababa de ir hace unos días lo había contratado y no podía estar más feliz.

—¡¿de verdad?!—exclamó Josh con la misma emoción.

—¡si!—avanzó para sentarse al lado de Harper, pero en su lugar estaba Dante, y en el lugar de Dante se encontraba Harper, frunció el ceño dándose cuenta pero decidió ignorarlo.

—felicidades.—pronunció Dante cuando se sentó, Prince le sonrió dejando su mochila en el suelo.

—gracias, pero ¿qué haces ahí? ¿Tu no vas detrás de mi?

—oh, ¿no te agrada tu nuevo compañero de asiento?—dijo haciéndose el ofendido.

—no es eso, tonto.—rió.—solo me pareció raro.

—pues ya ves, cosas que pasan.—se encogió de hombros, Prince entrecerró los ojos confundido.

Harper y Josh solo veían todo con gracia desde atrás.

—¿y cuando empiezas a trabajar?

—mañana mismo.

—genial ¿quieres que te lleve?—se apresuró a decir.

—tranquilo, mi chofer me llevará, no quiero molestarte.—dijo sutilmente.

El Príncipe | Gay |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora