Yoongi está enamorado de Taehyung desde los dieciséis años, pero nadie le dijo que conquistar al omega de sonrisa cuadrada iba a ser tan complicado.
El alfa peligris y sus amigos, en su empeño por conquistar a sus amores imposibles, se ven envueltos...
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El inicio de todo
[Pov Yoongi]
Sentía el sudor deslizarse por su frente y espalda. Su respiración era agitada mientras rebotada el balón. A su lado su amigo Jungkook levantaba el brazo pidiendo un pase. Apenas el balón abandonó sus manos un exquisito aroma a canela lo hizo voltear hacia el público.
Allí, junto a otros dos chicos estaba el amor de su vida. Lucía un conjunto deportivo que resaltada el tono castaño oscuro de su cabello. Pero lo que sin duda le cortó la respiración, fue esa peculiar y espectacular sonrisa cuadrada.
Desde ese momento supo que sería capaz de enfrentar a ejércitos completos por ver esa sonrisa.
Al fin había encontrado a su destinado.
Justo cuando sus pies empezaron a moverse en su dirección, algo impactó con fuerza en su espalda casi haciéndolo perder el equilibrio. Logró reponerse a duras penas, solo para recordar que estaba en medio de un juego y observar como el equipo contrario robaba el balón y anotaba.
Esperaba que el castaño no hubiera visto esa falla.
Antes de volver a su posición, giró a mirarlo e inmediatamente se sintió lleno de energía. El omega se había sentado en una zona disponible que estaba bastante cerca de su lugar. Sonrió dispuesto a mostrarle todas sus habilidades. Lo iba a impresionar.
[Pov Taehyung]
Era increíble que ni bien puso un pie en su nueva casa, sus padres lo enviarán a conocer su nueva escuela.
¡Al menos deberían dejarlo descansar!
Parece que a sus progenitores no les importaba mucho su estado de salud, ni el jet lag que amenazaba con hacer estallar su cabeza. Lo único bueno de esa situación era que se pudo volver a reunir con su amigo de toda la vida, Jimin. El pelirosa corrió a su casa tan pronto como escuchó la palabra "volví" y, sin reparos, lo arrastró a un partido de básquetbol.
Había una cantidad considerable de personas, por lo que con mucha dificultad lograron encontrar un espacio disponible. No llevaban ni diez minutos en el lugar, cuando un aroma cítrico opacó el olor del resto de alfas y omegas. A pesar de sentir un poco de interés por descubrir al propietario, ignoró su curiosidad y se sentó a ver el resto del partido.
Uno de los jugadores recibió un golpe en la espalda lo que dio ventaja al equipo contrario. Sonrió por la torpeza del deportista. Si no iba a concentrarse en el juego, no debería jugar. Claramente estaba perjudicando a sus compañeros.
—Mira TaeTae, el de cabello gris es Yoongi—Jimin señaló al jugador en cuestión. —Es uno de los mejores del equipo.
—No lo parece. Acaba de hacer que los otros anoten. —respondió siguiéndolo con la mirada.
