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"¿Seguro que nada te pasa?"

Sonreí apenas cuando lo escuché preguntar por cuarta vez desde que habíamos subido a su coche, el problema con la beta esa se encargó no solo de bajarme los ánimos, sino también de recordarme que tenía algo importante que decirle a Neymar, algo que seguramente, si es que me quería siquiera, le vendría tan mal como a mí desde que lo recordé.

"Estoy bien, lo prometo."

"¿Por el meñique?"

"¿Hmm?" Alejé mi mejilla del cristal de la ventana, mirándolo con un claro signo de interrogación en mi rostro ¿Meñique?

"El meñique." Repitió, sin mirarme, aunque estaba seguro que él se hacía una idea de mi confusa expresión.

"Te escuché durante ese día, en el estadio, le decías a Thiago que hiciera algo y hacías que te lo prometa por el meñique ¿No? ¿Qué es eso?"

Asentí, volviendo a apoyar mi cabeza en la puerta, ni siquiera sabía que tanta atención nos había prestado, pero saberlo, me hacía sentir muy feliz. Mordí mi labio para reprimir una sonrisa, mientras mis manos empezaban a jugar entre ellas, sabiendo lo que vendría después
de mi respuesta.

"Es el juramento más importante que existe." Aclaré, mirándolo de re-ojo.

"No se puede mentir o romper, el meñique es sagrado."

"Entonces ¿Me prometes por el meñique que todo está bien?"

Llevé una de mis manos a mis labios y tironee ligeramente de estos, jugando con el inferior mientras pensaba exactamente qué decirle. No podía comentarle lo de Raven, era una de las tantas veces que me habían tratado así y debía aprender a ya no reaccionar ante ese tipo de
personas, pero había algo más y siendo honestos, Neymar merecía saberlo.

"Salgo de vacaciones el miércoles."

Lo solté y suspiré. Sí, esa era la principal razón de todo mi mal ánimo, no porque no extrañara mis vacaciones, de hecho antes de conocer a Neymar contaba día a día, hora a hora o hasta los minutos para terminar con el ciclo de lo que es el infierno, o Universidad para los que no son tratados como yo; sin embargo, ahora había algo, Neymar me llevaba y traía de clases todos los días, no es que yo necesitara transporte, me había sabido valer por mí mismo desde que mis padres me dieron la espalda, la única verdad detrás de todo era que yo usaba esta excusa
para ver a Neymar diario; ahora, sin Universidad, no hay ida y vuelta, no
hay Neymar.

No quiero perder a Neymar. Quiero a Neymar. Necesito a Neymar. Rodé los ojos ante las palabras que me mandaba mi subconsciente. Sí, estúpido omega, yo lo sé, yo sé en lo que nos hemos metido y no podemos estar más jodidos, habernos vuelto
dependientes de un alfa que ni nos corteja, considerando que nos acelera el corazón como a quinceañeras y que ahora se me acaben las excusas para verlo ¿Qué podría ser peor?

"¿En cuatro días?"

"Sí."

Lo mejor que se me ocurrió fue dar respuestas cortas, de esta forma evitaba que mi voz se quiebre o terminar, de nuevo, llorando entre sus brazos, por mucho que me muriera por tenerlo calmándome, tampoco es que fuera un niño llorón. Mierda, soy Lionel Messi, siempre he estado solo ¿Por qué ansío tanto que estos brazos me abracen? Mierda, mierda y más mierda. ¿Qué hiciste conmigo, Neymar?

"Es bueno ¿No? Ya te merecías un descanso."

Asentí con la cabeza, queriendo abrazar mis piernas y llorar acurrucado en ese espacioso
lugar de su auto. Cerré los ojos con fuerza y pensé en Thiago. Thiago, amor, eres lo único que me salva de soltar feromonas y que Neymar huela mi dolor, mi pánico, o que comprendiera lo asustado que estaba ante la idea de perderlo.

Observé hacía el frente, faltaba la mitad del camino para llegar a mi casa. Vaya que ese sería un viaje largo y doloroso, consumiéndonos ambos por ese tenso e incómodo silencio que llenó el auto.

 Vaya que ese sería un viaje largo y doloroso, consumiéndonos ambos por ese tenso e incómodo silencio que llenó el auto

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"¡Thiago!"

Llegué a mi casa completamente cansado, me despedí de Natasha y tomé en brazos a mi pequeño. Sí, eso era lo que tanta falta me hacía ¿Cómo mi vida había cambiado en apenas
unas semanas? Tiempo antes le habría jurado al mismo Dios que si no me separaba de mi hijo, yo podría sobrevivir a cualquier cosa, y ahora estaba liado hasta el fondo con un alfa que ni siquiera era mi alfa, sino un amigo.

Ugh, sigue sonando ridículo.
Bueno, se diría que no es normal entre los amigos el darse besos o cosas de ese tipo, pero si razonamos la parte animal de cada individuo, si juntas a un alfa y a un omega en un lugar, y
el omega se pone mal, es misión del alfa ayudarlo, no hace falta mucho razonamiento, lo mismo si el alfa está agresivo, el omega tiende a intentar calmarlo, con esto podemos explicar
dos de nuestros tres besos, y el primero, pues quizás también fue el alfa de Neymar queriendo salir, o algo parecido.

Es instinto, no es amor, no es que él quiera hacerlo, es algo que te nace hacer, más considerando que Neymar me dijo lo mucho que se fía de su alfa. Así que, pensando de ese modo, podría decirse que solo somos dos amigos en este mundo de mierda, caso cerrado.

¡El tribunal ha decretado que el veredicto es: Lionel  es un idiota ilusionado con Neymar! Sí, merezco ir preso por eso.

Quizás tengo que dejar de ver series policiales en la madrugada.

"¿Papá? ¿Tas bien?"

Sentí la cálida y pequeña mano de mi hijo sobre mi mejilla, no recordaba que apenas había llegado, me había sentado en el sofá y lo coloqué a él sobre mis piernas, mirándome.

"¿Cariente?"

El omega imperfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora