Debo confesar algo.
Cada vez que duermo, tú invades mis sueños.
Tu boca hermosa susurra mi nombre con tanto anhelo, mi corazón se derrite al escucharte y mi alma besa la tuya en un solo instante.
No lo entiendes, Lucerys.
Nunca lo entenderías.
En los más profundos pensamientos de mi cabeza, tus ojos hermosos se abren suavemente, y la oscuridad en ellos se matiza con dulces destellos bajo la luz del día.
Hay estrellas, galaxias y universos, en tu mirada cálida y en cada una de tus pestañas.
«Me gustas...».
Susurras, sonriendo y observándome fijamente.
Un centenar de caballos se agolpan en mi pecho al oírte, y es que no sabes lo que dices.
De pronto, abro los ojos y huyo de aquel delirante sueño al que ya estoy tan acostumbrado.
Las blancas sábanas del departamento me reciben con frialdad, solitarias y vacías, indicándome, como siempre, que tú no estás.
«¿Cuánto tiempo ha pasado?».
Me pregunto a mí mismo.
«Aún pienso en lo dulces que son tus labios».
«En lo bella que es tu boca».
«En lo frágil que eres y lo cálidos que son tus abrazos».
Mil vidas separan la tuya de la mía, Lucerys.
Hace tanto tiempo besé tus manos, tus labios y tu vida entera.
Hace tantos años vi cómo tu vibrante alma era consumida por la oscuridad venenosa que yo mismo había colocado en tu cuerpo.
Lo siento, cariño.
Fui mil veces advertido.
«No abraces a un humano, Aemond».
«No le des "el beso del Alfa"».
«No lo conviertas en tu Omega».
«La inmortalidad es pesada, densa y complicada».
«Los humanos, simples mortales, no la soportan».
«Es imperdonable que elijas como tu pareja eterna a una criatura tan efímera y débil».
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𝐈'𝐥𝐥 𝐧𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐛𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐬𝐚𝐦𝐞 [𝐿𝑢𝑐𝑒𝑚𝑜𝑛𝑑] (Omegaverse) (OS)
FanfictionA Aemond Targaryen le dijeron mil veces que no eligiera como pareja a un mortal humano. Le recordaron siempre que las criaturas mortales eran débiles e incapaces de enfrentar «el beso» de un Alfa, mucho menos la forma eterna en la que estos amaban. ...