Una miko herida y su deseo

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Disclaimer: Los personajes y la historia no son míos. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de Wolf Blossom, yo únicamente traduzco.

-x-

—¡NO!

—¡SIÉNTATE!

—¡UF!

—Idiota...

—Pobre Inuyasha.

—Pero se lo merecía.

Era la rutina diaria. Kagome quiere irse a casa, Inuyasha se niega, Kagome lo sienta, Shippo le llama idiota, Sango se compadece y Miroku piensa que se lo merece.

—Pero tengo un examen de Matemáticas muy importante, Inuyasha.

Inuyasha gruñó mientras se terminaba el hechizo.

—Sí, bueno, ¡en esta época, las mujeres no necesitan esta mierda de las «Matemáticas»!

—Oh, oh... —Sango hizo una mueca.

—¡SIÉNTATE!

—¡AHH! —Inuyasha volvió a besar el suelo.

—¿Por qué sigues haciendo eso? —gruñó mientras el hechizo volvía a terminar.

—Porque te lo mereces.

—¿POR QUÉ? ¡Solo porque quiera buscar a Naraku y recuperar nuestros fragmentos no significa que puedas sentarme cada vez que te dé la maldita gana, Ka-go-me! —dijo poniendo énfasis en su nombre.

—Y pensar en todas las cosas que he hecho por ti. —Kagome negó con la cabeza.

—¡DI UNA! —rugió Inuyasha mientras se levantaba.

Shippo, Kirara, Miroku y Sango decidieron mantenerse al margen de aquello.

—Te liberé del Goshinboku, para empezar. —Kagome lo miró.

—Sí, bueno, eso no cuenta. —Inuyasha sonrió con satisfacción.

—En realidad, si no te hubiese liberado, la esfera de los cuatro espíritus no habría salido de mi cuerpo...

—¡Sí que habría salido! ¡Si no me hubieses liberado, habrías muerto! ¡Di otra!

—Te salvé de la araña del templo en el que vivía Nazuda.

—Qué gran esfuerzo.

—¡Bueno, perdona! ¡La próxima vez que quieras apoyarte en mi regazo y decirme que huelo bien, recuérdame este día! —gritó Kagome.

Miroku alzó una ceja.

—¿Que hueles bien?

Kagome se rio con nerviosismo.

—Da igual —murmuró antes de empezar a caminar para marcharse.

—¡NI SE TE OCURRA MARCHARTE!

—¡SIÉNTATE! —gritó Kagome otra vez.

—¡NOO! —dijo Inuyasha otra vez.

—Pobrecillo, va a hacerse daño en la espalda. —Miroku negó con la cabeza.

—¡KAGOME! —rugió Inuyasha mientras el hechizo del rosario se terminaba y saltaba hacia ellos.

—De todos modos, ¿por qué necesitas esta mierda de las Matemáticas? —preguntó mientras caminaba a su lado.

—Por si quiero continuar viviendo en mi época.

—Bueno, por ahora, tú vives aquí, no allí.

—Vivo en ambas épocas, Inuyasha. —Kagome negó con la cabeza.

La hanyou, el hanyouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora