En países como Corea, la camelia representa el amor y la persistencia de este sobre diferentes factores.
Las camelias rojas simbolizan el amor, la pasión y el deseo profundo. Por otro lado, la camelia rosa es una representación del deseo de estar con un ser querido.
En ocasiones la gente suele llamar a la camelia "una llama en el corazón» al ser un signo de reconocimiento.
En cuanto desaparecen de la vista de los demás, Emma ya sabe lo que quiere. No entiende bien por qué se está dejando llevar de esta manera, después de tantos años intentando no pensar ni siquiera en el tema. No sabe si es Francia, el mar o lo bella que está Mara, pero tiene claro que esta noche no puede terminar así.
—¿Qué te parece si vamos a relajarnos un poco? —Emma lanza la pregunta a Mara, pero sin realmente esperar una respuesta. Pues ya la está encaminando, empujándola por la espalda, hacia la dirección que ella quiere.
—¿Dónde vamos? — Mara responde con otra pregunta, dejando entrever que su respuesta es "sí", porque sabe que cuando Emma quiere algo no merece la pena oponerse. Así que se deja guiar por ella sin protestar.
—Ya verás, te va a encantar.
En menos de cinco minutos, las dos llegan a una puerta que está bajando las escaleras principales y a la que Mara ni siquiera había prestado atención. En un letrero pone en mayúsculas "GYM".
—¿Esta es tu idea de relajarte? — Inquiere Mara mirándola sin comprender.
—Tú cállate y confía en mí.
Emma empuja a Mara hacia el interior de la sala del gym y cierra la puerta tras de sí. No es un gimnasio muy grande, pero tiene de todo. Mara sigue sin comprender nada, pero decide esperar y confiar en Emma. Ella la coge de la mano y la guía hasta el final de la sala donde hay un pequeño pasillo que debe dar a las duchas y a los vestuarios. Para gran sorpresa de Mara, cuando por fin llegan a dicho pasillo, se encuentra con que hay varias puertas. Efectivamente están los vestuarios y las duchas, pero también hay dos puertas en las que se puede leer "jacuzzi" y "sauna".
Emma se gira para mirar a Mara con maldad y una enorme sonrisa en los labios. Mara no tiene ni idea de cómo ha sabido Emma que esto estaba aquí, pero no puede evitar rendirse ante la maravillosa idea de meterse en un jacuzzi con ella.
De nuevo vuelve a atraparle ese miedo que surgió momentos antes en la habitación. No quiere meter la pata, no se quiere dejar llevar, y, sobre todo, no quiere asustar a Emma. Pero es que ella no se lo está poniendo nada fácil. ¿Qué pretende con esto? Quizá sean sólo imaginaciones suyas. Sería de lo más normal que dos amigas se metieran en un jacuzzi sin mayores consecuencias. Pero Mara conoce bien a su amiga. No puede explicar por qué, pero siente que todo esto no es aleatorio. Emma lo hace a conciencia. Y, por una vez, Mara no quiere resistirse. No quiere ser de nuevo la mente adulta, madura y responsable que siempre frena sus pasos.
Emma entra en la sala donde está el jacuzzi y tira de Mara para que la siga y cerrar la puerta. Una vez dentro están totalmente a oscuras y Mara saca su móvil para buscar el interruptor que no han visto al entrar.
—¿Será esto? — Señala Emma.
Se trata de una especie de botón extraño que no parece estar hecho para ser pulsado si no para hacerlo girar. Mara no la responde, en su lugar sigue su instinto y gira dicho botón. En el acto se encienden unas tenues luces de neón en los filos del suelo y del techo, de un color morado.
—Ostras, que puta pasada. —Dice Emma entusiasmada. —Esto genera un ambientazo de la leche.
Mara sigue girando el botón y descubre que cada giro es una luz diferente. Termina volviendo a la primera, porque el morado es el color favorito de Emma. Está de los nervios, sabe que si Emma hace una locura, ella no será capaz de parar. Y eso, por alguna razón, la vuelve aún más loca.
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EL JARDÍN QUE DIBUJAMOS
RomanceEsta novela se escribió en directo en el canal de Twitch "Entre tulipanes" cada martes desde el 30 de agosto de 2022. Muy pronto estará disponible en Amazon.