El tiempo, las flores y el dolor son herramientas esenciales para vivir, el tiempo es un concepto imaginado por los científicos que lo basan en el movimiento del sol, la luna y la tierra. Las Flores son detalles que pueden dar color, vida y sentimiento a un espacio en un tiempo determinado. Y el dolor es una herramienta esencial que nos enseña las posibles formas de vivir aleatoriamente nuestros días.
Mi tiempo fue mi enseñanza para saber que lo que no decido hoy, mañana será muy tarde. Mi flor no fue una planta en forma natural, fue una planta sobrenatural, hermosamente humana que podía acariciar, sentir, abrazar, reír y escuchar. Fue la planta más viva de todos mis tiempos. Y mi dolor es el pago de mi silencio que ha durado más de 14 años...-Mi Reyna hermosa te he echado tanto de menos.- sobresaltado recibimiento por parte de Homero debido a la emoción de verme después de estar una semana separados.
llegué hasta él quien tenía sus brazos extendidos hacia mi.
-qué bueno verte.- fui sincera.
-Y mi pastelito más hermoso.- extendió sus brazos hacia Merlina.
-No abrazo ¿recuerdas?.-
-Tu no pero yo si, ven acá princesa mía.- Pericles y yo soltamos una risa nasal al ver a Merlina con cara de pocos amigos en los brazos de su padre.
-Quieren dar un paseó?.- ofrezco, admito que he extrañado a esta familia, al cabo a Homero siempre lo vi como un amigo que apreció y valoró.
-¡Pero por su puesto!.- extendió su brazo para que lo tomara y eso hice. Caminamos por todo el parque hasta llegar a la Laguna de la academia, Merlina se fue con Pericles a pescar. Disfrutaban tanto hacer eso de pequeños, Pericles pescaba para poder ver más de cerca a los peces y antes de devolverlos al agua Merlina los tomaba para poder abrirlos y estudiar más de cerca su anatomía.-Homero, tengo que hablar contigo.- dije sentándome en la banca con mis manos en mi regazo.
-lo que quiera la Reyna de mi corazón.- sonreí con mis sonrisa más aburrida.
-Tú sabes que nuestra unión fue un
arreglo verdad?.- dije recomponiéndome, sentía un poco de incomodidad.
-Pa-pastelito.- sus nervios salieron -Yo lo sé amada mía y no me importa, Yo te amo.- deslizo su pulgar por mi rostro -y tú me amas.- tomo mi barbilla -es lo único que importa.- nuestros ojos conectaban, al parecer era lo único que conecto por todos estos años. Sutilmente me aleje.
-Necesitó tiempo.- hablé viendo al horizonte.
-¡Que dices!.-
-Lo que has escuchado.- giré para verlo, -necesito tiempo y quiero que respetes eso.- me levante del asiento y rápidamente él también lo hizo.
-Morticia creo que estás mal.- me tomo de mis manos.
-Suéltame.- dije cuando sentí la presión.
-Dime que estás mal, que solo fue un pensamiento de tus espíritus inmundos que solo te llenan la cabeza de...
-¡Basta!.- lo interrumpí
-NO, tú me amas y yo..
-NO.- sentencie -No te Amo Homero y lo has sabido, siempre lo supiste.-
-Morticia Addams Estamos casados y así seguiremos hasta el fin de tus días no me permitiré perderte por una idea tonta.-
-Lo siento Homero tienes que aceptarlo.- salí de ahí pronto, sabía que está discusión no tendría fin y Homero actuaria de la forma tan grotesca.Entré rápido a la academia iba directo a mi cuarto
-Basta Morticia!!.- escuché el grito a mis espaldas, giré.
-¡¡Merlina!!.-ella estaba llena de sangre. -qué ha pasado!.- sentí como mis piernas empezaban a fallar. Temía lo peor.
-¿Es cierto lo que ha dicho mi padre?.- preguntó.
-Merlina, no sé qué te ha dicho él.- baje las escalares en busca de ella.
-Te odio Morticia.- dijo con rabia.
-Detente.- dije y la tomé de la mano con fuerza, al momento sentí como ella entraba en shock, como su cabeza dio un jalón hacia arriba y como sus ojos se torcieron ocultando su iris oscuro. Su otra mano tomó mi brazo apretando con una fuerza descomunal. Ella estaba teniendo una visión y al ser yo una visionaria estaba siendo una explosión. Pero como puede Merlina entrar a mi mente, visionar mi posible futuro o pasado si yo también lo soy. ¡Oh Dios mío! Reaccione.
-¡AH!.- grité cuando sus cortas uñas se metían en mi carne. Esto estaba siendo mucho, el dolor, ella en trance, no aguantaría por mucho tiempo.
-¡Detente!- ordené con autoridad. El dolor crecía mi brazo sangraba y su superficie empezaba a cambiar de color.
-¡ADDAMS!.- gritó Larissa botando las hojas de sus manos y corriendo hacia nosotras.
-ayuda.- suplique con pocas fuerzas -Merlina, su poder es más fuerte que el mío si no se detiene podría morir... ¡AAHH!.- grite y mi cuerpo se torció, mis rodillas se doblaron.
-¡Dime qué hacer.- decía Larissa.
-Muérdela.-
-QUÉ!.-
-HAZLO.- estallé en grito.
Larissa mordió el cuello de Merlina.
-MÁS FUERTE.- Larissa me dio una última mirada y lo hizo.
Merlina me soltó, y caímos juntas al suelo, sostenía mi brazo con mi mano buena y elevé mi vista, la boca de Larissa tenía sangre...Corto pero muy importante.