prólogo

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Decisiones

La mayoría de las personas, si no es que todas ellas, normalmente piensan que al elegir algo que creen que los hará felices, ya sea a ellos, un familiar e incluso para alguna persona desconocida que  según ellos es de forma "altruista" o por algún tipo de capricho. No habría consecuencias a futuro, que todo saldrá como ellos quieren o quieren creer. 

Pero… Eso no es así, siempre habrá algo o alguien que venga a romper sus ilusiones, reventando su burbuja y trayendolos a la realidad, demostrándoles que a lo que ellos hacen o piensan caudara que eso desconocido venga a cobrarles las facturas, lo peor de todo es que las personas incluso tienen el descaro de poner excusas como: 

"Pero no tenía malas intenciones" o también "fue por una buena causa" creyendo que eso  arreglaría y/o haría desaparecer los actos y métodos que fueron capaces de llevar acabo para lograr alcanzar sus objetivos. Pero no…

En el mundo existen muy pocas personas, que sabiendo incluso que lo que hacen está mal y podría generarles un gran mal a futuro son capaces de seguir firmes, con sus convicciones intactas e inmutables. Están seguros de que lo que hacen es lo correcto, ya sean bueno o malo aún si lo que hacen sería catalogado como un crimen horrendo a los ojos de los demás. Aceptando así, con total calma y orgullo cuando el mundo, el karma o el maldito destino venga a cobrar su pago.

Siendo este el caso de la persona aquí en cuestión:

-Un hombre casi en sus treintas, estatura promedio de 1.76 centímetros de alto, cabello negro corto al igual que su barba de chivo, un cuerpo el cual fue  entrenado con el pasar de los años para poder enfrentar a las personas extraordinarias que habítan en el mundo en el que vive.

Él tenía una expresión preocupada a la vez que un poco de nerviosa, pensando en que lo que estaba a punto de hacer provocaría grandes repercusiones a futuro tanto para él como sus seres queridos cercanos. Pero pese a todo ello, él no retrocedera a su decisión. Aunque de todas formas ya no podía echarse para atrás.

El sujeto en cuestión se encontraba en una especie de sala, con varias personas alrededor, llevando la mayoría de pistolas, cuchillas y ametralladoras encima. Al igual que él, ellos estaban extremadamente nerviosos así como inquietos, al punto de que si alguno se le saliera el corazón por la garganta no les parecería raro.

El hombre desconocido al verlos, los comprendió, ya que lo que están a punto de hacer no sería poca cosa, pues encenderán la mecha que daría inicio a una guerra, que posiblemente terminará con las muertes de muchas personas de por medio, ellos incluídos. 

Pero ahora no había tiempo para la duda, así que procedió a calmarse, respirando poco a poco y cuando ya lo había logrado, soltó un suspiro pesado, para acto seguido levantarse de su asiento, llamando la atención de sus compañeros/subordinados. Ellos al verlo levantarse guardaron silencio y le prestaron total atención a las palabras que iba a decir.

(Hombre desconocido= H.D)

H.D: bueno chicos, entiendo que estén nerviosos, con ganas de irse a sus casas, pensando que nada de esto va a pasar. Yo mismo no quiero hacer esto, pero aquí estoy, así como ustedes lo están. 

H.D: Es por eso mismo que en verdad les agradezco de todo corazón el acompañarme en lo que la gran mayoría consideraría como un suicidio estúpido sin duda y es posible que tengan razón.

H.D: Es por eso que les preguntare una vez más ¿Hay alguien en esta habitación que quiera retirarse ahora mismo? No lo detendré, tampoco lo juzgare, son libres de elegir lo que ustedes quieran.

-Todas las personas en la habitación lo miraron en silencio, nadie dijo nada, si bien todos tenían sus dudas, miedos e inseguridades en cuanto a lo que harían, nunca retrocederian y abandonarian a sus camaradas a su suerte. Por ello nadie dijo nada, lo miraron con firme e inquebrantable determinación esperando sus órdenes.

Esto hizo que el hombre solo sonriera con una mezcla de alegría y pesar, pues posiblemente sea la última vez que pueda hablar con aquellos a quienes él consideraba como sus amigos.

H.D: Bueno siendo así las cosas malditos desgraciados, si no quieren irse y van a tirar su vida a la basura conmigo, pues no nos queda más opción. Vamos a causar está guerra para que las futuras generaciones puedan vivir más tranquilos entonces, siendo así… *inhala mucho aire* ¿¡ME SEGUIRÁN AL INFIERNO CABRONES!?

TODOS: ¡¡SIIII!!

H.D: !PUES VAMOS A HACERLO!

-Ya con eso dicho, todos ellos salieron de la sala más motivados que nunca en sus vidas, siendo el último en salir el hombre sin nombre. Y ya cuando todos habían salido, soltó otro suspiro, diciendo para el mismo unas últimas palabras:

H.D: En verdad lo lamento por esto, pero no me dejaron más opción… Adiós viejo, Suzette y mi pequeño hermanito Joseph. Cuando nos veamos de nuevo será el momento de despedirnos de este mundo.

Habiendo dicho eso solo salió de la habitación cerrando la puerta tras de él, para ir a cumplir con lo que sería su última voluntad para poder irse sin arrepentimientos, pues esa era su decisión y no la cambiaría por nada ni ahora ni nunca.

Fin... Al menos de esta parte

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PS prólogo de la segunda historia la cual irónicamente debía de ser la primera que escribí pero por… pendejo no lo había terminado y tuve que hacer uno nuevo… en fin.

Opiniones:

Amenazas?

Consejos: 

Y a lo que sigue.









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⏰ Última actualización: Jan 20, 2023 ⏰

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