Capitulo 37

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Toudou corrió enfrente haciendo que Mahito mantuviera distancia hacia sus amigos. Los hechiceros de primer año sintieron una manos en sus espaldas. Rápidamente se alarmaron pero la voz del rubio de cabello corto los hizo calmarse.

– He usado mi hechizo en ustedes. Escuchen bien, Itadori, Aisaka. – La albina se quedó quieta, algo desconfiada pero decidió tomar en cuenta sus palabras. – Las heridas que se han hecho hasta ahora no van a empeorar. No se han curado, pero he parado las sangres y se les han calmado el dolor, ¿verdad?

No respondieron. Simplemente se mantuvieron en silencio. Aunque en parte era cierto, el dolor de la comisura de su labio se le estaba calmando.

– Pero eso sólo se aplica a la heridas actuales. – Quito sus manos de las espaldas y se enderezó. – Si siguen recibiendo golpes, aumentarán sus heridas. Mi hechizo no afectará a esas heridas.

Eso era algo bueno, aunque posiblemente eran el principio de unas cuantas heridas.

– He hecho lo mismo con la chica de allí. – El par tomó mas atención cuando apuntó a su amiga. – No tiene pulso y no respira, pero no ha pasado mucho tiempo desde que recibió esas heridas. Las posibilidades de que se salve no son nulas. Me la llevate de aquí. – Se levantó poco a poco mientras se alejaba. – ¡Solo dije que las posibilidades no son nulas! ¡¡Tampoco tengan puestas todas sus esperanzas en ello!! ¿Ok?

No son nulas. Aún queda ese rayito de esperanza que mantendrá a cuerda a Yuji y a Miyuki.

Si aunque sea la mínima. Miyuki lo mantendrá y se aferrara como fuente de fuerza en su mente. Tendría que salir de allí con vida para saber lo que sucederá en adelante.

– ¡Si! – contestaron al unísono con una expresión deprimida. Logró iluminar los rostros tristes con unas simples palabras.

Volvieron a mundo real regresando su vista al frente. Observaron el combate entre Toudou y Mahito. Solo bastó con una mirada entre ambos para decidir volver al campo de batalla.

La ojiamarillos le extendió la mano hacia su amigo. Yuji no dudo ningún segundo para aceptarla con una mirada dura.

– Nosotros podemos con esto.. – murmullo con una voz cansada. No contaba que Yuji la escuchara.

– Sí.

Nos posicionamos mientras aprovechamos la pequeña distracción de Mahito. Un fuerte aplauso resonó. Mahito estaba en frente del par, Yuji reforzó su puño con su energía maldita, mientras Miyuki moldeo un puño de su tamaño.

Puños relucientes.— murmuro cabizbaja.

Mahito, tal como lo pensó Toudou, no se espero que volvieran tan pronto. Una corriente movio los cabellos sueltos blanquecinos de Miyuki.

Sus puños se dirigieron al mismo tiempo sin vacilar hacia el cuerpo de Mahito. Haciéndole trizas el brazo cual se llevó el gran impacto. — "Black Flash"

Era la primera vez que Miyuki experimento algo tan.. ¿Extraño?.. Una sensación con ese golpe que era algo difícil de expresar. Había vuelto a ver unas chispas negras. ¿Así era el "Black Flash" que Gojo le platico una vez? ¿No era algo que no se hacía a voluntad? Esta vez no fue a su voluntad, jamás lo había experimentado. Sospechaba que fuera por Yuji, desde el evento de intercambio había visto su avance tanto como en fuerza y en hechicero.

Yuji apretó sus dientes al observar donde había impactado el golpe. Al igual que Miyuki frunció el seño. Hicieron volar al cabellos cenizas hacia atrás, arrastró sus dedos por el suelo deteniéndose. Su brazo izquierdo estaba hecho pedazos.

– Regresó de entre los muertos. – dijo con una sonrisa sádica, su mano volvió a su forma original.

– Bienvenidos.

Bella Nieve | Megumi Fushiguro x Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora