Capitulo. 55

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Dicen que aquello que el fuego no es capaz de destruir, tan solo endurece... Aquel incendio que tanto daño causo a todos, para nosotros dejó una herida abierta, capaz de despedazar el suelo bajo nuestros pies; que nos desgarraba el alma con cada día y que en aquellos momentos se encontraba demasiado cerca de destruir nuestros corazones... No podía culpar a ninguno por guardar secretos tan peligrosos, pues yo misma había hecho cosas cuestionables por amor. Nuestra madre ya no estaba... Y a decir verdad comenzaba a cuestionar que hubiese podido resolver los problemas con tan solo chasquear sus dedos; quizás el tiempo comenzaba a demostrarme que ella tan solo era un ser humano, al igual que yo, al igual que todos nosotros. Ninguno podría remplazar y comenzaba a entender que al obligarme yo misma a tomar su lugar, había privado a mis hermanos de su hermana mayor, les había alejado y producto de ello decidieron guardarse sus secretos hasta que la situación terminó por salírseles de las manos.

Eleonor sufría de un corazón roto y un orgullo destrozado, pero no pudo decirme como lo hubiese hecho antes, porque asumió que su único papel en la familia era proveer. Elizabeth estaba tan sola que incluso había alterado su actitud para acercarse a cualquiera de nuestros hermanos, pero cuando eso no funcionó... No pudo evitar caer en las garras de Abraham. Jane vivía en la culpa de haber confrontado a nuestros hermanos, y fui testigo de cómo su luz se apagaba cada día sin saber la razón. Jacob y Harry se encontraban totalmente perdidos en sus propios problemas, el amor les cegaba y la sociedad les decía que lo que sentían estaba mal... Charly, Bell y Lineth estaban asumiendo responsabilidades que no les competían, eran niños y en lugar de comportarse como tal, luchaban por seguir a los mayores en el afán de ayudar con cosas que ni siquiera comprendían bien. Y mis pequeños que apenas y sabían caminar, a ese paso tan solo recordarían a la multitud de nanas que les cuidaban mientras todos los demás resolvíamos a medias nuestros problemas...

Nuestra familia se tambaleaba, pero comenzaba a entender que eso no significaba que debía correr a resolverlo todo.

— Fui yo quien causo todo esto, yo debería estar en esa celda y no Elizabeth. — Espetó Harry. Los tres se encontraban sentado en el sillón frente a mí, por suerte había llegado a tiempo para detener a Harry y Jacob de hacer una locura. — Diré toda la verdad.

— ¡Entonces yo también debería estar en una celda! — Gritó Jacob. Las palabras del mayor causaron temor en los otros dos, que rápidamente le observaron dispuesto a replicar. — Es mi culpa que Jane te odie. Si no te hubiese llevado al jardín... Incluso mamá seguiría con vida.

— Yo no le odio. Ni a él, ni a ti, Jacob. — Intervino Jane visiblemente afectada. — Inicie un escándalo que los puso en peligro, Elizabeth no hubiese intervenido de haber cerrado la boca. No se habría quemado...

Ciertamente, muchas cosas serian diferentes sin ese incendio... Pero que se culpasen era absurdo, la situación ciertamente pudo evitarse; sin embargo, cada uno actuó según su corazón y aunque las consecuencias fuero graves, no había forma de saber lo que sucedería. Había aprendido que ante un arranque del corazón era muy complicado interponer la razón. Así que antes de que comenzasen a pelear nuevamente, alcé mi mano deteniéndoles.

— De nada sirve pensar en el pasado ahora. Lo hecho, hecho está. Las heridas de Elizabeth, el incendio e incluso la muerte de mamá no fue culpa de ninguno. Fue un accidente, incluso si Elizabeth no hubiese disparado los fuegos artificiales, hubieran explotado en otro momento. — Aclaré haciéndoles callar. — Harry, no harás tal cosa. No es inteligente. — Sentencié mientras mi mente le daba vueltas a la situación.

— ¡Pero Naomi, no puedo dejar que Elizabeth...!

— Yo tampoco, y no va a ocurrir. — Sentencié dejándole mudo. — Pero esa no es la forma ¿Qué le dirás a los policías? ¿A un juez? ¿Qué el incendio lo comenzó Elizabeth para distraer a las personas de los gritos de Jane cuando te encontró besándote con tu hermano? — Mis propias palabras ardieron en mi garganta, estaba siendo demasiado dura y sabía que podía hacerles daño. Pero necesitaba que se diese cuenta del error que estaba cometiendo si hacía tal locura. — Aun si alguien cree tu historia, que lo dudo. No cambiaria nada, no solo no liberarían a Elizabeth, sino que también les pondría en riesgo a ambos. Jacob y tú podrían terminar en un manicomio o peor... Muertos. Y Jane y yo seriamos juzgadas por encubrirlo.

Jeune fille indomptableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora