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|Regulus | Junio, 1976
El Domingo 20 de junio era el cumpleaños de mi hermosa chica, sinceramente yo quería darle algún detalle, salir a caminar o solo quedarnos juntos todo el día, ya que el lunes regresábamos a casa. Sin embargo Dorcas Meadowes jamás permitiría algo así por lo que decidió que lo mejor era hacerle una gran fiesta en nuestra sala común, no me importaba derrochar lo que fuese necesario sin embargo yo no era realmente bueno desenvolviéndome en un entorno social.
— ¿Que más falta Dorcas? — pregunte mientras la veía ir y venir con algunas cosas siguiéndola.
— Ya está listo todo, solo me estoy asegurando de que los invitados sean los correctos — me acerqué para ver la lista.
De reojo observe a Evan pelear con una serpentina que no lo dejaba de seguir, me reí para mis adentros.
Relativamente eran alumnos de Slytherin y uno que otro Ravenclaw, y Hufflepuff, todo estaba bien hasta que leí algunos nombres de alumnos de Gryffindor, no quiero verme prejuicios o pero los Gryffindor no me daban confianza, en especial si tienen que ver con Sirius.
— Dorcas, ¿se puede saber por qué invitaste a Pettigrew y Lupin? — se giró — No me mal entiendas no me desagradan, pero sabes que si ellos están también vienen Sirius y Potter —
— Porque ellos son los únicos con los que se lleva Regina, además no necesitas ver a tu hermano, habrá demasiada gente ni siquiera tendrás que verlo — encogió los hombros y siguió en lo suyo.
Bufé, realmente esperaba no verlo.
— Por cierto recuerda el plan, todo esto es secreto, por lo que ir deberás distraer a Regina y traerla aproximadamente a las 8 pm mañana —
— Lo que ordene jefa — hice un ademán con la mano.
Ambos reímos hasta que escuchamos a Barty y a Evan gritar por haber encendido aquella serpentina de hace un rato.
— Feliz cumpleaños a mi chica hermosa que me hipnotiza con esa sonrisa y esa mirada bicolor — llegue hasta los pies de la escalera por donde apenas bajaba.
— Gracias Reg — corrí a abrazarla y permanecimos así un par de minutos.
— Ven vayamos a los terrenos, quiero darte tu regalo de cumpleaños pero no con tanta gente presente y chismosa — susurre esto último en su oreja y con una sonrisa muy tierna de su parte asintio.
Salimos de la sala común y caminamos directo a la zona más alejada del castillo, muy cerca del lago negro, que definitivamente era nuestro lugar especial. Esa zona era demasiado reconfortante para nosotros, era un lugar bello e íntimo.
— Bien, ya estamos aquí, ya quiero ver lo que me vas a dar — me miro ansiosa.
— Alguien anda demasiado feliz y emocionada — reí — Regina eres una chica bastante especial, desde el primer momento que te vi algo en ti me llamo la atención, sin embargo jamás fui tan valiente para decirte algo, incluso en eso me ganaste al confesar tus sentimientos, sé que somos tan solo unos adolescentes pero te amo, te amo con toda la fuerza que puede tener este negro corazon. Eres la persona que quiero conmigo el resto de mi vida — me anime a sacar el par de anillos — te quiero dar este anillo como símbolo del amor que te tengo, no te sientas presionada de casarte conmigo, esto es un símbolo del amor y amistad que siento por ti, pórtalo siempre contigo incluso aun cuando estemos tan cerca uno del otro así como cuando estemos distanciados — termine de decir.
