El corazón me latía con tal desesperación que pensé que terminaría por fallar en algún momento, en cierto modo una vocecita en mi cabeza comenzaba a alzarse clamando por un final a la enorme tortura que mis propios pensamientos habían implementado contra mí. Mi cuerpo aún temblaba, su voz parecía haberse quedado en aquel lugar y su olor impregnaba por completo mi piel; pero sin duda eran la ausencia de sus labios lo que me provocaba el mayor vacío...
¿Qué había hecho?
Molesto por mi enorme error, arrojé la botella contra el lavaplatos y lleno de remordimiento, observé cómo el líquido se deslizaba por el reluciente metal hasta desaparecer en el drenaje. ¿Cómo pude permitir que el licor afectase mis sentidos de aquella forma? ¿Y si le había herido? La imagen de sus ojos cristalizados me enloquecía y estaba seguro de que jamás podría perdonarme el haberle hecho llorar. Sus palabras quemaban mi alma y me sentía como un ser horrible. Ni siquiera era capaz de aceptar por qué me acerqué de ese modo... En algún punto mis recuerdos se mezclaron con sus palabras y obnubilado por el efecto del alcohol, me convencí de que tan solo pretendía aliviar sus heridas con caricias que rápidamente se salieron de control...
Turbado por lo sucedido, incluso llegué a pesar de que en mi estupidez terminé forzándola y tan solo malinterpreté la situación, pero al mismo tiempo quería creer que no había sido así, que Naomi me deseó tanto como yo a ella, que tan solo me estaba torturando... Me gustase o no tenía que admitir que a pesar de todo, Naomi era importante para mí. Me dolía a horrores su traición, pero por mucho que me empeñe en molestarla aquellos días... El ver su rostro desfigurado por la tristeza me causó más daño que todo lo experimentado durante meses... ¿Cómo pude burlarme de ella sabiendo lo que estaba pasando en manos de Abraham? Era cierto, ella lo eligió, pero aun así no era justo que no recibiese más que malos tratos por parte de Abraham... Y ahora nuestra madre.
Una parte de mí quería abrazarla y protegerla de ese par de monstruos y otra quería olvidar de una vez por todas todo sentimiento que me atase a ella.
Pensé en ir en su búsqueda ¿Pero qué le diría? Era absurdo, así que molesto por todo lo ocurrido decidí salir al jardín de la mansión, necesitaba aire fresco. Vaya sorpresa me llevé cuando sentí ligeros copos de nieve caer sobre mi piel, era quizás la primera y última nevada de aquel extraño invierno. Convenientemente, el frío de aquella noche logró calmar mi agitado corazón y los pensamientos comenzaron a fluir con mayor claridad; solo ella ocupaba mi mente, me sentía tan tonto por anhelar su calor y al mismo tan culpable por buscarlo sin pensar en las consecuencias. Naomi no era la bruja que me había empeñado en creer, era solo una chica y aunque no entendía por qué se había casado con Abraham, no podía simplemente tomarla como una enemiga. Inconscientemente, terminé deambulando entre los pasillos del laberinto mientras rememoraba todos los momentos que nos llevaron a ese punto, quizás si nunca me hubiese marchado... Era feliz en mi ignorancia ¿Por qué tuve que empeñarme en atacar a Abraham? Si tan solo hubiese escuchado a Edward, ahora Naomi y yo podríamos estar casados y viviendo tranquilamente muy lejos de las garras de mi madre y Abraham.
Entonces la luz plateada de la luna llena iluminó la pérgola frente a mí. Como si el mismísimo destino me empujase a ello, los setos parecieron abrir un camino ante mí y pude vislumbrar una figura. Su largo cabello ondeaba con la brisa y la desarreglada bata de dormir apenas y le cubría lo suficiente como para protegerla del frío, aun así su mirada permanecía anclada a algún punto del cielo que nos rodeaba, como si estuviese rezando. Pero entonces sus profundos ojos se percataron de mi presencia y pude encontrarme con ellos una vez más. La culpa me invadió al instante, pues aquel par de esmeraldas se hundieron en la más profunda tristeza de solo verme.
Dalia...
Sin saber realmente qué hacer, decidí darme la vuelta y volver a la mansión, pero entonces su débil voz, tan ligera que era capaz de perderse en el viento, me detuvo.
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Jeune fille indomptable
RomancePudo pasarle a cualquiera, pero no. Esa gran tragedia le cambio la vida para siempre a ella... Ahora Naomi deberá ocuparse de toda su familia, deberá protegerlos de la maldad de otros. Tal vez se pierda a si misma. O Tal vez encuentre una luz en m...